Los cercanos al poder y al que lo ostenta, suelen crear un círculo de individuos que pueden parecer similares entre sí, pero que compiten por quedar mejor con el que está en el centro. Esto también los mueve a hacer que ese espacio sea impenetrable y a todo aquel que tenga la osadía de intentar entrar, lo rechazarán usando intrigas y triquiñuelas. Estas tácticas tan sucias, son frecuentes en todos los ambientes, desde el de los amigos, hasta en la mera cúpula del poder, pasando por los compañeros de escuela, de trabajo, etc., pero son mucho peores cuando se trata de espacios en los que cada decisión influye en la vida muchas personas.
La decisión que ha tomado el Presidente Andrés Manuel López Obrador de retirarse por completo de toda actividad pública, e incluso limitar su acercamiento a los actores políticos que acudan a él por consejos, está centrada en la certeza de que los ciudadanos de la República Mexicana seremos capaces de sostener e incrementar lo logrado en su sexenio en el futuro inmediato respaldando a los nuevos dirigentes del Movimiento de Regeneración Nacional, que se han propuesto continuar con la Revolución de las Conciencias que llevará a México a niveles superiores de vida de todos.
La filosofía inserta en el Humanismo Mexicano, propone la inclusión plena de todos los elementos que componen la diversidad adosada a la identidad nacional y siempre con la absoluta claridad de ir eliminando los egoísmos inútiles e insanos que son los que se originan en la ideología imperante entre la oposición de la insípida derecha mexicana, que solo propone desde la soberbia y la vanidad que significa que cada individuo es quien puede ser el autor de su desarrollo y no una responsabilidad social que tendrá que ser orientada desde el Estado en su conjunto.
El Estado Mexicano hoy está terriblemente segmentado y, por ende, desviado de los propósitos con los que fue fundado, los que se reconocen universalmente como correctos y válidos pues se orientan a la consecución de la felicidad de cada habitante del territorio del país.
Esta segmentación no es producto del gobierno, sino de las posturas y actitudes, específicamente, del Poder Judicial, que actúa sin conciencia, pudiéndose calificar casi de tonto. Un ejemplo claro es la crisis de gobernabilidad que provocó, en principio, el Congreso del Estado de Nuevo León, pero que la SCJN no pudo corregir sino agravar.
El regreso de Samuel Alejandro García Sepúlveda al renunciar a su precandidatura a la Presidencia de la República por el MC, ha puesto en jaque a la SCJN, que ya cometió el error de intervenir en la política interior el Estado Libre y Soberano de Nuevo León a petición de parte, cuando debía haber declarado que no tenía competencia para el caso, pues el Tribunal del estado en cuestión tendría que haber realizado esa tarea.
Cuando el Gobernador García renunció a la licencia y a la precandidatura, de manera automática tendría que estar reinstalado en su puesto, sin ningún otro trámite.
Casi cada acto de la SCJN desde que llegó a la Presidencia la Dra. Norma Lucía Piña Hernández, los errores de la Corte han sido mayores y cada vez más peligrosos para la estabilidad de la República porque, como escribí arriba, segmenta gravemente al Estado Mexicano. Ella tendría que renunciar y más de algún ministro o ministra, magistrada o magistrado, estarían felices de verla retirarse, pues es de todos sabido que además es perezosa.
La citada presidencia de la Corte, es el verdadero peligro para México, más que cualquier elemento actuante de la ignorante derecha mexicana. Como ella no va a renunciar, habrá que movilizarse para lograr la mayoría calificada en el próximo Congreso de la Unión, es la única solución para acabar con esa corrupción descarada del poder desde la SCJN.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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