Secretaría de Relaciones Exteriores condena fallo de la Fiscalía de Santa Cruz y exige justicia tras absolución en el caso de mexicano asesinado en Arizona

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México expresó su profunda decepción ante la reciente decisión de la Fiscalía del Condado de Santa Cruz, Arizona, de no proceder con un nuevo juicio en el caso del homicidio de Gabriel Cuén Buitimea, ciudadano mexicano asesinado en enero de 2023. Gabriel fue fatalmente herido por George Alan Kelly, un ranchero estadounidense, quien le disparó con un rifle AK-47 mientras Cuén transitaba cerca de su propiedad.

El incidente, que tuvo lugar en Nogales, Arizona, ha generado considerable consternación tanto en México como en la comunidad internacional. El mexicano, según informes de la fiscalía, estaba desarmado y fue impactado por la espalda, lo que sugiere que no representaba una amenaza inmediata.

“La Secretaría de Relaciones Exteriores, a través del Consulado General de México en Nogales, continuará muy atenta a la decisión que tome la fiscalía para garantizar que se agoten otras líneas de investigación, con objeto de no dejar impune la muerte del señor Cuén Buitimea, y seguirá brindando acompañamiento y explorando opciones legales con su familia.”, se lee en el comunicado.

La SRE, a través del Consulado General de México en Nogales, ha estado en constante comunicación con las autoridades judiciales y ha brindado apoyo a la familia de Cuén Buitimea, prometiendo continuar con el acompañamiento y la búsqueda de justicia. A pesar de que el primer juicio no resultó en un veredicto, debido a la división del jurado, la fiscalía decidió no solicitar una segunda audiencia, alegando los desafíos únicos y complejidades del caso.

Esta decisión ha levantado críticas de grupos de derechos de los migrantes y la comunidad en general, quienes se manifestaron fuera de la corte expresando su indignación y demandando justicia. Durante el juicio, la fiscalía argumentó que Kelly actuó de manera intencional y sin provocación, destacando la ausencia de una amenaza real por parte del grupo de migrantes al que Cuén pertenecía.

El caso ha reavivado el debate sobre los derechos de los migrantes y las tensiones fronterizas entre México y los Estados Unidos, con llamados a una mayor protección y respeto por los derechos humanos de los individuos, independientemente de su estatus migratorio. La familia de Cuén, devastada por la pérdida, continúa buscando respuestas y justicia, enfatizando que ninguna persona debería enfrentar la muerte por simplemente cruzar una frontera en búsqueda de mejores oportunidades.

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