Bravucones y envalentonados en su último show montado para la presentación de su panfleto “La Democracia no se toca”, el dúo siniestro de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama que tienen tomado el control del Instituto Nacional Electoral, hicieron la tarde del domingo pasado una exhibición que deja varias señales y pistas de lo que realmente está sucediendo en la oposición conservadora que puja fuerte para regresar por sus fueros y privilegios.
Es llamativo que quisieron mostrar sin tapujos a los propagandistas que se están haciendo cargo de toda la campaña anti 4T pues presumieron con notoria intención que Roberto Madrazo (LatinUs), Carlos Alazraki y su despacho publicista, Carmen Aristegui, entre otros personajes ligados a los medios propagandistas y voceros del conservadurismo están totalmente adheridos al proyecto que encabezará la oposición en los próximos procesos electorales.
Lamentable el papel de la otrora paladína del periodismo, Carmen Aristegui quien replicando el discurso opositor derechista atribuyó una supuesta orden de atacar al INE que encabeza su amigo, perdiendo total objetividad.
Y es que resulta clara la abierta parcialidad con la que ya se manejan sin ruborizarse los principales funcionarios del órgano que debería ser el árbitro garante de la democracia, sin embargo, se han volcado con un cinismo y abierta ilegalidad a la confrontación hacia una de las partes a las que debería arbitrar con equidad e imparcialidad.
Expresamente Córdova Vianello llama al electorado a una supuesta defensa jurídica de los derechos que ellos mismos se han encargado de pisotear y en el colmo del desparpajo ahora invocan un imaginario ataque a la democracia con la incongruencia superlativa de saber que ese órgano jamás ha representado los intereses del pueblo. Quedaron en evidencia desde que el Presidente de la República los desenmascaró y a pesar de atribuirse la transición del 2018 es evidente que esa victoria histórica solo se logró por el electorado consciente y a pesar de la voluntad del organismo disque ciudadano.
En otro de los aspectos que invocan para defender y mantener tomado el INE alegan que el presupuesto asignado al organismo electoral es precario y amenazan con el colapso de las elecciones venideras intentando causar miedo como es su tradición. En ese sentido resulta increíble que se hayan aferrado a sus exhorbitantes sueldos, que por otro lado contrastan con la nula retribución que se otorga a quien realmente se sienta en las casillas el día de las elecciones, es decir, los ciudadanos insaculados.
A pesar de todo lo anterior, es importante saber que se recupere o no el Instituto Nacional Electoral para su saneamiento por parte de los auténticos ciudadanos, ahora con mayor razón y dado que sus actuales cabecillas al servicio del antiguo régimen quedaron en evidencia de para quien operan, será el pueblo quien defina el futuro democrático del país.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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