El Metro de la Ciudad de México es uno de los pilares fundamentales para la movilidad de la capital. Su buen funcionamiento debería ser una prioridad para cualquier gobierno, pues millones de personas dependen de él diariamente para desplazarse de un punto a otro.
En ese sentido, la rehabilitación de la Línea 1, tras años de trabajos, parece estar entrando en su etapa final. Así lo dio a conocer la jefa de Gobierno, Clara Brugada, durante un recorrido reciente de la estación Insurgentes a Tacubaya, donde se comprometió a entregar un tramo más de la línea a finales de marzo.
Es comprensible que el cierre prolongado haya generado molestias entre los usuarios, obligándolos a buscar rutas alternas. Sin embargo, es importante recordar que esta línea, inaugurada en 1970 por el genocida Gustavo Díaz Ordaz, tenía más de 50 años sin recibir una intervención de esta magnitud. Su deterioro era evidente: rastros de inundaciones, durmientes de madera rotos y trenes en condiciones deplorables ponían en riesgo la seguridad de los pasajeros.
Fue hasta la llegada de Claudia Sheinbaum a la jefatura de Gobierno en 2022 cuando se tomó la decisión de modernizar por completo la Línea 1. La rehabilitación ha implicado la instalación de nueva infraestructura, incluyendo vías con materiales más resistentes, un sistema de pilotaje automático para mejorar la eficiencia y seguridad del servicio, así como la incorporación de trenes de última generación. Todo esto con el objetivo de garantizar un Metro más seguro, rápido y eficiente para los usuarios.
Esta modernización es un paso indispensable para garantizar la movilidad en la Ciudad de México. Ahora, la gran tarea será asegurar el mantenimiento continuo del sistema y evitar que futuras administraciones dejen en el abandono lo que hoy se está recuperando. La inversión en infraestructura pública no solo mejora la calidad de vida de quienes dependen del Metro, sino que también refleja la visión de un gobierno comprometido con su gente.
A pesar de las críticas y las dificultades, la rehabilitación de la Línea 1 demuestra que, cuando hay voluntad política, es posible transformar y mejorar un servicio tan esencial como el transporte público. Ahora toca a los ciudadanos exigir que este esfuerzo no sea en vano y que la modernización del Metro continúe en las demás líneas que también lo necesitan.
Hay que recordar que el Gobierno de Clara Brugada, tiene como uno de sus principales objetivos, modernizar por completo este transporte, por ello, recordó que una vez concluidas las obras en la línea 1, iniciará con la rehabilitación de la Línea 3 (Indios Verdes- Universidad); sin embargo, aclaró que en una primera etapa no cerrará esta ruta, se harán trabajos nocturnos.

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