El día 18 de marzo de este año, en el marco del festejo de la conmemoración de la expropiación petrolera, la Diputada Andrea Chávez subió, en sus redes sociales, una selfie para indicar que ya estaba lista para la reunión convocada (https://twitter.com/AndreaChavezTre/status/1637192915695853571?s=20). Lo que más me llamó la atención fue lo bello que se veían sus labios maquillados de color rosa mexicano.
Un color que tiene nombre y apellido, el cual es un símbolo de identidad nacional. Debo reconocer que de todos los colores el rosa, en general, es de los que menos me gusta. Cuando era niña me molestaba que todo el mundo quisiera que estuviéramos uniformadas.
Sin embargo, el rosa mexicano siempre me llamó la atención, en los bailables regionales de la primaria con frecuencia lo usaba, es más, la falda doble circular que tenía para los ensayos era de ese color. El rosa mexicano es un pigmento que representa los rebozos de las mujeres que trabajan en los campos y las cocinas rurales, es el rosa de los bordados del sureste que son tan intensos como la pasión de los habitantes de esa región. Me encanta decir que el rosa mexicano es único y así tiene que seguir, aunque los partidarios o los políticos pretendan tomarlo como propio.
Recuerdo el periodo en que Gabriel Mancera gobernó la Ciudad de México, a los taxis los pintó de color rosa, aunque no mexicano, era un tono muy simplón. Ahora la llamada “marea rosa” pretende tomarlo como propio y considero que un tono tan bello no debería representar a nadie más que a México, tiene que seguir cargado de la simbología que las manos mexicanas le han brindado.
En el marco del segundo debate del pasado 18 de mayo entre las candidatas que compiten por la gubernatura del Estado de México, llamó mi atención que el color rojo (predilecto de la vestimenta de Paloma Sánchez, por ejemplo) se cambió por un saco color rosa mexicano. Emblemático del INE el cual fue elegido precisamente para que no favoreciera a ningún partido político, claro, no se podía predecir que serían los partidos los que se iban a apropiar de manera mañosa de la inocuidad de su espectro cromático.
Tampoco hay que olvidar la historia que tiene, fue el Partido Popular Socialista de México quien lo usó como emblema. Precisamente por lo que representa para el pueblo de mexicano.La llamada “marea rosa” invade los espacios públicos y comienza a darle otro sentido a un símbolo nacional y no podemos permitirlo.
Nuestro rosa mexicano tiene que volver a representar las artesanías que reivindican a nuestros paisanos como la gente trabajadora que es. También tenemos que limitar a las casas de moda internacionales que se empeñan en registrar colores para satisfacer la impronta capitalista que absorbe todo a su alrededor.
Para que el rosa mexicano vuelva a representar a nuestro país, necesitamos tomarlo como propio de nuevo y salir todos a la calle, que cada persona que esté vestida o maquillada de nuestro color sea eso, un mexicano. Sin importar la preferencia política, hay que hacerlo más brillante, más intenso, más alegre de lo que las falsas luchas han pretendido hacerlo. Porque al igual que les digo a mis sobrinos, ningún color es de hombre o de mujer, ningún color es característico de un partido. Me visto de verde, de rojo o morado cuando quiero, porque no debemos dejarle libre acceso a ningún partido político ni ningún movimiento. Porque los colores significan, pero también pueden volver a dotarse de sentido en cualquier momento.
Así que los invito a vestirse lo más que puedan de rosa mexicano y si es una prenda que compramos a los artesanos, mejor. Porque no hay tono más hermoso que los que son trabajados con las manos de nuestro pueblo. Por mi parte, ya tengo mi prenda rosa mexicano, me costó trabajo erradicar de él la idea de que a las mujeres todo el tiempo las queremos ver uniformadas de rosa.
Pero de eso se trata, de despojar las ideas que constriñen las posibilidades. Necesitamos asignar un mejor significado a un color emblemático de nuestra tradición. Ahora cada que caminemos por la calle vestidos de rosa mexicano pensemos que no tiene nada que ver con los taxis de Mancera, ni con el rosa del INE, sino de nuestra identidad nacional.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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