¿Quién paga la cuenta? Desafiando el poder: La Revolución silenciosa de Lopéz Obrador y Sheinbaum

Por Amir Ibrahim

En los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y, ahora, en el encabezado por Claudia Sheinbaum, se han tomado varias decisiones que benefician directamente a la gente de menos recursos y, de paso, tocan los intereses de los más poderosos.

Esto no es un simple ajuste, es una revolución silenciosa. Y vale la pena repasarlas porque todas apuntan en la misma dirección: El poder económico tradicional está siendo desafiado de frente.

  1. Internet para Todos: llevar conexión gratuita a los pueblos y comunidades más apartadas, algo que antes solo ofrecían empresas privadas a precios altísimos. La conectividad ya no es un lujo, es un derecho arrebatado al monopolio.
  2. Bancos del Bienestar: ahora los apoyos sociales se entregan sin que los grandes bancos se queden con comisiones. Además, este banco ya compite en el envío de remesas con tarifas mucho más bajas, rompiendo el negocio que tenían unas cuantas empresas. El negocio de la pobreza se desmorona.
  3. Las mañaneras y el auge de medios alternativos: un nuevo modelo de comunicación que le quitó el monopolio informativo a los grandes medios corporativos. Esto quiere decir que de rompió el cuarto poder para devolver la voz al pueblo.
  4. Ya no se condonan impuestos: los empresarios más ricos ya no pueden dejar de pagar lo que les toca, como hacían antes con la complacencia del gobierno. El privilegio fiscal es una reliquia del pasado. La ley es para todos, especialmente para los más ricos.
  5. La reforma al Poder Judicial: se acabó el control que tenían los viejos grupos de poder (muchos ligados a los grandes millonarios) sobre jueces y magistrados. La justicia no será más una mercancía de élite.
  6. Récord en recaudación de impuestos y un combate real a la evasión fiscal y al lavado de dinero. La evasión de fortunas es un delito de cuello blanco que se castigará.
  7. Olinia: el anuncio de autos eléctricos mexicanos baratos que pueden competir con las motos y, de paso, con otros negocios de transporte y hasta con importaciones. La soberanía tecnológica es la siguiente batalla.

¿Notan algo? La coincidencia es demasiado precisa para ser casualidad. Todas estas medidas afectan, de una forma u otra, a un mismo personaje: Ricardo Salinas Pliego. Sus intereses son la diana de la nueva política social.
Sus empresas han perdido terreno en telecomunicaciones (Totalplay vs. Internet para Todos y CFE Telecom), en banca y remesas (Banco Azteca vs. Banco del Bienestar), en medios (TV Azteca vs. mañaneras y medios independientes), en impuestos (ya no hay condonaciones millonarias como las que le perdonaron antes), y ahora hasta en movilidad con los nuevos autos eléctricos. El fin de la impunidad corporativa ha llegado.
¿Qué hace un magnate cuando el gobierno le quita privilegios y le genera competencia real? Pelea con todo lo que tiene. El statu quo no se rinde sin una lucha feroz. Y, en cierto sentido, se entiende. ¿Y sabe por qué? Porque cuando se toca el bolsillo, se desata la guerra total.
Y justo ahí está la respuesta: Los hechos hablan más fuerte que cualquier editorial.
¿A qué me refiero? Le explico:

  • En redes sociales vemos tendencias pagadas, bots y narrativas coordinadas. La orquestación digital es la nueva propaganda de guerra. Casualmente, un familiar cercano de Salinas Pliego es directivo de Altas Networld, la empresa que se dedica precisamente a boicotear a los movimientos de izquierda en América Latina. Y aquí la evidencia es un hilo que conduce a la fuente de la financiación.
  • No es gratuito que en TV Azteca y sus programas, el ataque al gobierno sea diario y sin disimulo. La línea editorial es una orden directa y sin matices. La verdad se sacrifica por la defensa del patrimonio.
  • Cientos de amparos y un ejército de abogados que frenan todo lo que pueden. El litigio estratégico es el último muro del privilegio.

Y “casualmente” luego llegan las “manifestaciones ciudadanas espontáneas”. La espontaneidad tiene un precio que no todos pueden pagar. Las últimas de la CNTE (o mejor dicho, de una fracción minoritaria) y las de la supuesta Generación Zcon playeras rosas. La indignación selectiva siempre tiene un promotor oculto.


Hagamos cuentas rápidas y en frío: Los números no mienten.


Un maestro que viene de otro estado necesita transporte, comida, hotel o lugar donde dormir, aseo y algo de dinero para su familia. Mínimo, mínimo, son mil pesos al día por persona. El activismo de tiempo completo se sostiene con financiamiento.

Si fueron 500 o 1,000 maestros (siendo generosos con la cifra real), eso significa entre 500 mil y 1 millón de pesos diarios. Si la protesta duró 30 días, estamos hablando de 15 a 30 millones de pesos. Esta no es la economía de un sindicato minoritario, es la chequera de un gigante.


En las marchas “juveniles” vimos influencers diciendo exactamente las mismas frases, con la misma ropa, en el mismo momento. La sincronización es prueba de un guión y un pago. La manipulación es una industria sofisticada. Eso no sale gratis. Alguien paga viáticos, playeras, transporte, publicidad en redes, bots, tendencias. Detrás de cada tendencia fabricada hay un interés de millones. Y como dice el clásico: entendió el que entendió.

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