A menos de un mes de que se lleve a cabo la revocación de mandato para decidir si Andrés Manuel López Obrador continua o no como Presidente de México, se ha demostrado, con evidencias, que se está llevando a cabo un boicot en contra del proceso.
Desde un principió, las sospechas de que el Instituto Nacional Electoral no estaba a favor de la consulta para revocación fue el cambio de fecha para el 10 de abril, periodo en que miles de pobladores salen de vacaciones por la Semana Santa.
Otra estrategia es la censura por parte del INE, de diversos spots para televisión, radio, redes sociales e impresos a favor de la participación ciudadana a la vez que se le permite a partidos como Acción Nacional y al Revolucionario Institucional seguir promocionando sus campañas en contra del Presidente y la llamada Cuarta Transformación.
El sesgo partidista para que la derecha regrese al poder se muestra en diversas denuncias documentadas donde funcionarios electorales acuden a domicilios para comenzar los trámites para renovar credenciales electorales vencidas, explicando a los ciudadanos que ellos no podrán participar en la consulta o que no podrán ejercer su derecho participativo aunque sus nombres estén en la lista nominal.
En estados como Yucatán, Querétaro y Guanajuato han aparecido carteles y mantas en donde se invita abiertamente a votar en contra de que AMLO continúe en el cargo, asunto que las autoridades electorales federales y locales permiten con total impunidad.
La logística para el día de la votación de igual manera se ha “amañado” y los mismos capacitadores han recibido instrucciones de que no deben aceptar más de 100 votos por casilla a pesar de que haya más personas en lista y presentes para ejercer su derecho, sin dejar de lado la disminución de casillas en algunas localidades, provocando que la gente tenga que recorrer grandes distancias para participar.
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