¿Qué puede servir de brújula ante la marea del caótico fenómeno descontrolado de expropiación de tierras selectivas; así como de los recursos naturales del planeta que dependen de un mercado cada vez más voraz y destructivo con el planeta y su población?
Quizá hacer hincapié en una educación que promueva el desarrollo de los seres humanos que vaya dirigida hacia un profundo sentido de comunidad, de solidaridad y de políticas públicas donde sea primero el bienestar de la gente.
Amartya Sen premio Nóbel de Economía en 1998 concibió una teoría sobre la búsqueda del Bienestar con la tesis de construir un Estado Rector que aplique políticas públicas que apoye la tesis de: Primero La Gente bajo la directriz del bien común y la compasión.
Al apoyar el desarrollo de la población de escasos recursos a fin de garantizar para todos las libertades políticas, los servicios económicos, las oportunidades sociales bajo el signo rector de una ética que proteja a la población más vulnerable y que pueda garantizar el derecho a la alimentación, a la educación, salud, y un lugar digno donde habitar.
Es decir un bienestar económico que promueva el desarrollo humano y que favorezca el desarrollo humano en todos los ámbitos.
El bienestar se incrementará cuando las personas sean capaces de leer, comer y votar.
Es decir privilegiar al ser humano, en vez de a los números como los antiguos economistas. Es decir no solo decir que los indicadores micro y macro económicos dicen que estamos bien, si no que se vea reflejado en la forma de vida de la gente.
América Latina requiere que la población de escasos recursos, así como sus recursos naturales sean protegidos del capitalismo voraz no solo de los empresarios propios, si no de las grandes empresas trasnacionales, pues se tiene una larga constancia de atropellos en contra de su gente y naturaleza.
No se pueden dejar las políticas públicas de un país a expensas de los empresarios y sus buenas intenciones. Se requiere una directriz firme que proteja a los más pobres. Por eso: Primero La Gente.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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