En un par de ocasiones he descrito en estas líneas el atraco del que fueron objeto los principales sindicatos portuarios de la ciudad de Veracruz el 1 de junio de 1991, por el ex presidente Carlos Salinas de Gortari. De un plumazo decretó La Requisa del Puerto y dejó sin derechos laborales al Sindicato de Maniobristas, Carretilleros, Cargadores, Abridores y Conexos de la Zona Marítima y del Comercio de la Ciudad y Puerto de Veracruz; a la Unión de Checadores o Tarjadores y Similares del Puerto de Veracruz; y a la Unión de Estibadores y Jornaleros del Puerto de Veracruz. Más de 5000 familias despojadas de sus ingresos y sometidas, la gran mayoría, a pobreza extrema. Neoliberalismo en su máxima expresión.
¿Y qué fue lo que sucedió hace más de 31 años? Salinas de Gortari se erigió como el economista más prominente que llevaría a México al primer mundo. Inició un proceso eufórico de privatizaciones: minas, bancos, aeropuertos, líneas aéreas y por supuesto los puertos marítimos de la nación. Poco faltó para que privatizara a quien le dio la vida pero la historia confirma que no pudo, al parecer porque desde que fue electo, dejó de tenerla.
El ex presidente presumía que el gobierno quitaba el dominio de las empresas a aquellos quienes las trabajaban mal para luego colocarlas en un sistema de subasta pública y así, empresarios muy capaces generarían capital para derramar beneficio a todo el pueblo. Nada más ajeno a la realidad, que esto. Además de que los únicos beneficiados fueron los compadres de Carlitos, la burbuja económica que sopló y sopló el economista feroz, nos explotó en las narices.
Ahora bien, esos procesos de privatización fueron decretados en cierta fecha y a los pocos meses el mismo decreto era liberado. Así actuó Salinas de Gortari y sus más de 40 ladrones. En el caso particular del Sindicato de Maniobristas, el entonces secretario de hacienda, Pedro Aspe Armella, fincó al sindicato un crédito fiscal por 15 mil millones de viejos pesos. Se le notificó a los Maniobristas y aun teniendo en sus arcas tres veces más la cantidad exigida, Hacienda les dijo: no acepto el pago y les embargo TODO. Sus concesiones para el trabajo portuario en los muelles, inmuebles, cuentas bancarias y dejó sin pensiones de ley a todos los socios.
El principal interés del sicario económico Salinas de Gortari eran las concesiones portuarias para trabajar los muelles. Las tomó y se las pasó, literalmente, a un grupo de agentes aduanales y políticos de aquel entonces para crear nuevas empresas que han usufructuado esos permisos laborales por más de 31 años. Los inmuebles se los adjudicó Hacienda mediante una escritura de propiedad falsa. Las cuentas bancarias las desembargó y nunca notificó a los socios de los sindicatos porque además crearon una asamblea ilegal donde pusieron directivos a modo para disolver el sindicato. Ilegalidad tras ilegalidad. Pero lo más aberrante de todo, sin dejar huella. Las instrucciones que dio Salinas de Gortari fueron verbales y sus minions las ejecutaron. No dejaron documentos que avalaran el proceso en ninguna de las dependencias que participaron del robo.
Así pasaron los sexenios posteriores, desde Zedillo hasta Peña Nieto. Uno tapando las trapacerías del siguiente. Sin ningún interés por hallar justicia. Sin embargo, con la llegada en 2018 del presidente Andrés Manuel López Obrador, mucho cambió. No todo, es importante recalcarlo. Pero la intención de corregir las cosas va tomando forma. Y me consta. Justo el martes 20 de septiembre de 2022, hubo una reunión entre los tres sindicatos afectados por La Requisa de 1991 y funcionarios representando a las dependencias principales invitadas a solucionar el conflicto: HACIENDA, SAT, INDAABIN y SEGOB. Evidentemente la atmósfera estaba cargada de mucha emoción pero definitivamente la ley debería prevalecer. Y así fue.
Fui testigo de primera mano de lo que pocos podemos presenciar en la actualidad, el correcto manejo de la política. Debo acotar, muchas de las ocasiones en las que el presidente López Obrador ha mencionado que en las actuales dependencias siguen operando funcionarios leales al pensamiento neoliberal de Salinas de Gortari, no lo creía del todo. O no quería creerlo. Pero sí, hay muchos que viven añorando la vieja escuela e interrumpen la buena labor y el servicio al que están obligadas las instituciones del Estado. Lo más relevante de la reunión y que aligeró el resto de la misma, fue una escena que bien hubiera valido estar en cualquier película taquillera de abogados. El representante jurídico del INDAABIN les dice a los sindicatos, palabras más palabras menos: “Tenemos la obligación de actuar conforme a lo que dicta la ley y esa misma nos dice que tenemos la posesión legítima de los inmuebles que eran suyos. No hay nada que hacer”.
A lo cual responde el apoderado legal de los tres sindicatos, Alejandro Pulido Cueto: “Mira licenciado (mientras levantaba una carpeta con documentos legales), en esta escritura consta que en aquel entonces Hacienda y ahora el SAT, se adjudicaron los inmuebles como parte del proceso de embargo, ¿correcto? Bueno, aquí está escrito que tienen la legítima posesión de los inmuebles del Sindicato de Estibadores. Está muy bien, ¿pero qué crees? Nuestro sindicato, legítimo poseedor de los inmuebles lleva por nombre: Sindicato de Maniobristas. Todas las escrituras de los inmuebles están a nombre del Sindicato de Maniobristas. ¿Cómo fue posible que se adjudicaron los inmuebles de un Sindicato que no existe y que en las escrituras originales tiene otro nombre? Muy claro: por simple y llana corrupción”.
Los funcionarios presentes no daban crédito. La mano de Salinas de Gortari chasqueó los dedos en 1991 y fabricó evidencias para quedarse con todo lo de los Maniobristas, Checadores y Estibadores de Veracruz; y con la mayor parte de nuestro México. Eso bastó para que los funcionarios enviados a la reunión tuvieran una nueva óptica de cómo avanzar en la solución del problema. Y quizás también fue suficiente para que en esos 15 minutos de interlocución del abogado, al menos en ese breve instante, Alejandro Pulido Cueto le cortara la mano leprosa a Carlitos. De ahí en adelante las cosas marcharon de buena manera. Los acuerdos empezaron a tener sentido. Los enviados de Adán Augusto, Ramírez de la O, Buenrostro y Martínez Bolaños tuvieron la voluntad política y social para buscar las mejores soluciones. Encontraron el cómo sí. Habrá una siguiente reunión el 3 de octubre de 2022, una nueva mesa de trabajo que augura un buen término a todo este viacrucis.
Cómo dice MI VIEJO, Alejandro Pulido Cueto: “Esto es por nuestros viejos, por mi padre, mi abuelo, por la sangre de todos los que construyeron nuestro Puerto con sus manos y nos heredaron trabajo y dignidad. Este es mi proyecto y lo dejaré limpio para las próximas generaciones”. Como cronista y testigo, se me erizó la piel cuando lo escuché esa tarde. Pero como hijo, mi corazón lloró de orgullo, felicidad y admiración por presenciar que se hiciera realidad el viejo cliché: mi papá es mi héroe. Y sí, con todas sus letras lo grito: ¡LO ES!
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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