Polígonos

Opinión de Alejandro Castellanos López

Los entuertos y galimatías interminables que se tienen que resolver y enfrentar por el gobierno de la 4T se convierten en situaciones con demasiadas aristas, ángulos, alternativas y necesitan de enfoques muy variados y críticas profundas y certeras que no pueden darse desde la perspectiva periodística, sino desde la del estadista hábil y honesto que, en cada caso, sepa conjuntar los equipos de trabajo para resolver cada situación.

Los ataques a la libertad de expresión que han realizado los consejeros del INE, se sincronizan con los que realiza la derecha mexicana en cada campo en el que se transforma la República y al mismo tiempo con aquellos que se perpetran desde las tribunas periodísticas transnacionales, como el caso del Washington Post y algunos medios marginales de España o Yucatán. 

El tema del Tren Maya y el esfuerzo estéril, costosísimo e inútil de detener su construcción, desde el entramado vengativo de Vulcan y su filial depredadora y ecocida en Quintana Roo, en la cantera Sac-Tun y sus socios del Grupo Xcaret, igualmente invasor de la costa caribeña mexicana, ahora intentan usar el interés de la conservación de tesoros arqueológicos de la Cultura Maya de la Península de Yucatán inventando su destrucción, soslayando los informes y la calidad y cantidad de trabajo de campo que se realiza en toda la península y no solamente en los tramos del trazo del ferrocarril .

Aquí cabe hacerse un par de preguntas, ¿Cuándo mostraron el menor interés en explorar, rescatar y restaurar todas esas ciudades mayas que hoy, gracias al uso correcto del presupuesto para la construcción del Tren Maya se exploran y rescatan? ¿En qué estarían empleados los cientos de arqueólogos y científicos que actualmente trabajan en la selva baja de Quintana Roo, Campeche y Yucatán? 

Hasta el momento, de acuerdo con el informe del Maestro Diego Prieto, Director General del INAH, “el registro y preservación comprende 31 mil 306 bienes inmuebles, como basamentos, albarradas y nivelaciones; mil 541 bienes muebles, metates y lítica, además de 463 osamentas, 708 mil 428 fragmentos de cerámica, 576 vasijas en proceso de análisis y mil 040 rasgos naturales asociados al contexto arqueológico como cuevas, pozos y cenotes”. Se trata de la mayor exploración y recuperación que se haya realizado en México en toda la historia, ya que como dijo el Maestro Prieto, “nunca se había realizado un trabajo arqueológico tan amplio como el que actualmente impulsa el Gobierno de México en el área maya de México y Mesoamérica. El estudio de campo y análisis de información abonará al conocimiento de la cultura maya hasta por 20 años. ¿Cuál destrucción, la de un camino que era usado por los pobladores para transportar toda clase de productos? ¿Qué ocurrirá si se investiga a Miguel Covarrubias Reyna y a Manuel Pérez Rivas, encontraremos ingresos extraordinarios y ligas con personeros de Muñoz Ledo en el INAH? No resulta imposible.

Uno de mis gustos mayores ha sido viajar en México por carretera, ya sea manejando o alternando el volante con amigos o familiares hasta que nacieron mis hijos, cuando solo viajamos por carretera a visitar a la familia en dos direcciones, hacia el Estado de Hidalgo o hacia Veracruz. Sin embargo, hace algunos años, mi hijo menor fue a estudiar a la Universidad Autónoma de Yucatán, así que me tocó estrenar la carretera entre Champotón, Campeche y Mérida. Siempre me pareció super funcional, muy bella y sencilla de manejar, pero hubo un tramo en especial, ya dentro del Estado de Yucatán, en el que sentí enojo e indignación, pues justo a la orilla de la carretera, en cuya construcción, evidentemente se habían devastado árboles y fauna al por mayor sin que nadie protestara, ni siquiera el INAH. Ahí vimos un edificio maya, sin resguardo ni señalización, ni nada por el estilo y, desde luego, sin la menor preocupación de ecologistas o protectores del tesoro de la herencia Maya que cubre grandes extensiones de la Península de Yucatán.

Años antes, ya había viajado por esas hermosas tierras y aguas, pero yo aún era soltero, estudiante y vivía en la CDMX y me gustaba ahorrar algo para poder hacer aquellos viajes en mi vocho del ’76. Dos veces le di la vuelta a la Península de Yucatán, y en alguna de ellas, seguimos el viaje hasta las tierras fantásticas de Chiapas, justo hasta las Lagunas de Montebello. En el camino, adelante de Comitán, junto con mi hermano y un entrañable amigo, nos desviamos un poquito para ver las ruinas mayas de Chincuiltik o Chinkuiltic, que estaban simplemente ahí, sin resguardos, investigación, restauración o cuidado de ninguna especie y que tampoco estaba en el Mapa de Carreteras de la SCT que nos guiaba todo el tiempo. Ahí llegó el atardecer con la emoción de estar en un lugar en el que hace mucho tiempo, brilló una cultura original extraordinaria de México, que parecía perderse en la niebla del pasado que al Estado Mexicano le importaba muy poco.

¿Cuándo estos críticos del Gobierno de México se ocuparon de hacer algo por el rescate de todo este patrimonio cultural impresionante? La respuesta puedo encontrarla en el conocimiento que me dio haber conversado con algunos de los más férreos defensores del PAN y del PRI, para quienes esos sitios arqueológicos no eran más que desperdicio de terrenos que podían usarse para mejores fines y ponían de ejemplo a Cuicuilco, en el sur de la Ciudad de México y que afirmaban sin rubor, que el mejor indio era el indio muerto. Como católicos que se decían, estos miembros del MURO, necesitaban que se les recordara que la Santísima Virgen de Guadalupe, solo se apareció para imprimir su imagen en la humildad de un miembro pobre de los pueblos originarios, y que Jesucristo nació como uno de ellos, pero allá en Belén.

La falsa cristiandad de la derecha mexicana y de algunos jerarcas de la Iglesia Católica, me convencen de que su verdadera convicción es aquella del fariseísmo, que es idéntico en sus mentiras e hipocresía, al fascismo. Yo creo que por eso cada vez somos más quienes los rechazamos. Mentir sin tapujos, falsear la verdad y pregonar sus mentiras a través de todos los medios de que disponen, parece poner en desventaja a quienes estamos comprometidos con seguir luchando por una más profunda democratización de la vida pública del país, con la visión puesta en la emancipación real y verdadera del Pueblo. 

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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