Muchos cuestionamientos han surgido acerca de la política energética que se ha implementado durante la administración del Presidente López Obrador. El principal de ellos, y el más común y cliché es el que se han encargado de promover los opositores: El conflicto con las energías limpias.
Digamos que los detractores no son muy inteligentes ni mucho menos realistas, pues de lo único que se encargan es de comparar a México con Europa y EE.UU, siendo que vivimos realidades sociales muy distintas. Y aunque nuestros niveles de desarrollo, economía, educación y demás factores fuesen iguales a los de estas potencias, ni aún así podría incursionarse de lleno en las energías limpias, pues es insostenible.
Según la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), se prevé que el consumo global de petróleo aumente hasta 2055. Es decir, sería insostenible alcanzar la neutralidad climática prevista para 2050 en los acuerdos de París. Aunque es innegable que a mediano plazo la movilidad eléctrica rebase al petróleo, también sería incierto apuntar que las energías renovables podrían sustituir completamente al petróleo. O al menos así lo menciona Aneeka Gupka, Director research de Widsomtree Europe, quien hace referencia a los análisis energéticos de la consultora británica Wood Makenzie: “Para lograr los acuerdos de París, el ritmo de electrificación tendría que dispararse súbitamente. Aunque quisiéramos creer que la energía renovable sobrepasaría al petróleo en 2040 en lo que a términos de generación eléctrica se refiere, no esperamos que la energía limpia sea capaz de reemplazar al petróleo completamente, ni siquiera en el año 2070”.
El Fenómeno Pemex
Enmedio de un contexto incierto en el sector energético, el Presidente López Obrador hizo una apuesta contra todo pronóstico y la está ganando. El rescate de Petróleos Mexicanos, un complejo y ambicioso plan, está dando frutos, pues las utilidades que ha generado en el primer trimestre de este año han sido las mayores que se han registrado desde hace 18 años, al reportar una utilidad neta de 6126 millones de dólares.
De esta forma, la decisión del Presidente es uno de los mayores aciertos de su administración, pues la mayor producción de petróleo que se está reportando en los últimos meses cobra relevancia en medio del contexto geopolítico internacional por los precios elevados del petróleo generados por la crisis energética en Europa derivada de la guerra de Ucrania.
De esta forma, si México sigue por el camino que va, podría alcanzar la autosuficiencia en combustibles para el año 2023, e incluso generando un excedente que se podría exportar para países como EE.UU y Europa en general, que han demostrado precisar del petróleo para que sus economías no queden paralizadas.
Con base en esto, nos es posible determinar que el gobierno mexicano está haciendo un gran trabajo al apostar por el rescate a Pemex y la autosuficiencia energética, pues México y gran parte de los países industrializados dependerán, quieran o no, del petróleo al menos por 50 años más. Y el gobierno mexicano no puede estar equivocado, pues al menos al día de hoy, alrededor del mundo, 25 proyectos de refinerías están en marcha para culminarse en 2024-25 y con una proyección de producción energética de, al menos, 50 años, siendo que la mayoría de ellos están en Medio Oriente, una región petrolera por naturaleza, y en Asia, una región que está en un crecimiento industrial nunca antes visto.
Dicho esto, el ocaso del petróleo no está tan cerca como la revolución verde lo indica y como montones de opositores se han encargado de pregonar por cielo, mar y tierra; pero ¿qué decir del circunspecto ignorante que aborrece de lo que no entiende y juzga lo que no sabe?
¡Hasta la victoria siempre!
“En la unión está la fuerza y nuestra salvación.”
-Rubén Blades.
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