Paz y más paz

Que bondad sería encontrar un mundo en paz completa, compartiéndolo todo, en el que el desarrollo sea colectivo y ni el hambre o la miseria estuvieran presentes. Sin embargo, esa utopía maravillosa se aleja más con cada guerra. Palestina invadida por el sionismo, con permiso del imperio británico y después de la ONU para refundar Israel que llegó para expandirse sin escrúpulos sobre un pueblo al que no se le reconoce ningún derecho y se le arranca de su ancestral territorio, asesinándolo y aterrorizándolo; un pueblo al que después se acusa de terrorista cuando se defiende y responde con la misma moneda. 

Nada es lícito cuando se usan la violencia y la muerte como medios haciéndose pasar por justo, solo la revolución hecha por el mismo pueblo que busca la liberación de la opresión en su propia tierra podría serlo, sea en donde sea.

Salta una pregunta importante ¿Cómo definir violencia? O de otro modo ¿Qué acciones tendrían que ser consideradas como violencia? Creo que habrá muchas respuestas variadas y hasta contradictorias entre sí. Sin embargo, creo que hay consenso al decir que el uso de las armas o de la fuerza física serían las más evidentes, yo agrego otras que no necesariamente involucran acciones físicas, como la amenaza, la marginación, la precariedad salarial y laboral, el engaño y la explotación, agrego a la mentira rayana en cinismo, a la violación de los derechos humanos, a la burla infringida contra los mas débiles, a la indolencia frente a la miseria desde el poder (económico o político), a la corrupción (civil y policíaca), a la maledicencia y a la falta de solidaridad.

Quizás falten muchas formas y habría que agregarlas, pero la auténtica conciencia humana las conoce y necesita rechazarlas.

Lo que ocurre en las fronteras norte y sur de México, es consecuencia de las formas de violencia que no son físicas pero que acaban siéndolo, por eso pienso que actuar respondiendo igual, solo va a escalar la problemática convirtiéndola en un círculo vicioso que solo puede romperse generando uno virtuoso y cercando, poco a poco a los grupos violentos y dando un único golpe final. Pero se tiene que contar con el Pueblo.

Se trata de una solución lenta, pero de larga duración y posiblemente permanente si se eliminan otras manifestaciones que podrían reiniciar el círculo vicioso.

Me quedo con los abrazos y no los balazos, aunque lleve más tiempo.

Palestina e Israel son, por otro lado, claro ejemplo de que la voluntad del dinero es poderosa, pero no podría serlo si se contrapusiera a ella la voluntad de los Pueblos, que no solo es poderosa, sino sabia.

El camino a la paz duradera solo llega de la mano de la justicia y de la democratización plena. Escuchar a los que sufrirán las consecuencias de la guerra sin arengas manipuladoras, como las que espetaba el “César” en la Roma imperial, o Gengis Khan para erigir al Imperio Mongol, o Adolfo Hitler en la Alemania nazi, y en cambio permitir que la información real fluya hacia para que las personas razonen y decidan es un método infalible. Ya en Israel y en otras partes del mundo se ven multitudinarias marchas en contra de las decisiones de su propio gobierno y en Palestina el estado no respalda a Hamas porque el planteamiento del Estado Palestino parte de premisas verdaderas, las que cuestionan la permanente invasión de su territorio y buscan la solución política definitiva basada en el derecho internacional y no en la voluntad del dinero y sus siervos.

La única respuesta positiva es la paz conseguida por la vía del diálogo honesto, justo y recto; lo demás son patrañas de los neonazis que solo sirven al dinero y a esos intereses horrendos que traen muerte y destrucción.

El territorio del Estado Libre y Soberano de Chiapas necesita convertirse en bastión de libertad, crecimiento y solidaridad. Los Pueblos Originarios lo reclaman desde hace muchos años y su lucha devino en el CCRI-CG del EZLN. La derecha neoporfirista ha intentado cooptarlos, pero la conciencia popular ya no lo permite, por eso ahora usan a los grupos armados del crimen organizado pretendiendo amedrentar a quienes han resistido por siglos conservando su identidad y fortaleciéndola con las herramientas tecnológicas con que se cuenta. En Chiapas serán derrotados y el Estado Mexicano tiene la responsabilidad de fortalecer esas posiciones. 

Palestina merece vivir en paz. También Chiapas. 

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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