Paralelismos en política mexicana y española

Se avecina un nuevo ataque de la derecha mexicana para tratar, una vez más, de manchar la reputación e imagen del presidente López Obrador. Dicho ataque parece que vendrá abanderado desde la cúpula política española, que por cierto está muy enojada con el presidente AMLO por dos razones fundamentales:

Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, ha manifestado preocupaciones por la democracia en México y la monarquía ha otorgado premios a grupos patrocinados por el PRIAN.

Con todo ello y a pesar de las mentiras del New York Times, Tim Golden, Pro publica, #NarcopresidenteAMLO, Cayetana, los montajes de Loret, los ataques de Salinas Pliego y prácticamente toda la comentocracia en contra de medios tradicionales, la aprobación del presidente, según la última encuesta del Reforma -el principal periódico opositor a la 4T-, ha subido hasta el 73%, es decir, no solamente no lo debilitan, sino que lo fortalecen mediante la validación de su discurso.

La derecha mexicana no se resigna y utilizará la imagen y fuerza de la derecha española para intentar, otra vez, atacar a un presidente a prueba de balas. Esto lo advirtió AMLO en una de sus recientes mañaneras. Pero, ¿por qué insistir con España? Un país que, si bien tiene pasado histórico con México, no parece tener un peso geopolítico específico en nuestro país.

La respuesta puede ser que algunos políticos y empresarios españoles siguen viendo a México como tierra de conquista y creen que pueden volver a tener cierta preponderancia en la vida pública de México.

Para poner un poco el contexto de la situación política de ambos países, es importante hacer un análisis de semejanzas y diferencias. España es una monarquía parlamentaria, mientras que México es una República. El rey no gobierna en España, pero sí tiene autoridad política. El parlamento español está compuesto por un espectro político diverso, pero, en concreto, en España gobierna lo que llamaríamos el PRIAN en México.

El PP es el equivalente al PAN, defienden a la cúpula empresarial y desprecian lo público, porque claro, les encantaría hacer negocio con ello. Tienen cooptados a la mayoría de medios de comunicación, propiedad de oligarcas. Manipulan la opinión pública para favorecer sus interesas, ello porque en España la sociedad no está tan politizada como en México y todavía tienen cierta credibilidad. La gran diferencia entre el PP y el PAN es que el PP sí defiende la unión de España, sobre todo de los intentos independentistas de Cataluña; en cambio, el PAN defiende más bien el intervencionismo de Estados Unidos y España. Por esta razón fundamental, el PP fue el partido más votado en las pasadas elecciones y gobierna en coalición con el PSOE, que es el equivalente al PRI. Ambos partidos surgieron en revoluciones a favor de los trabajadores y las clases populares, pero ahora son más bien oportunistas y acomodaticios a las circunstancias.

El PSOE está a favor de la OTAN y de la guerra y negocia con los independentistas, en contra de los intereses de los españoles; y el caso del PRI es más triste porque básicamente todos lo asocian con lo peor de la corrupción a pesar de que hizo cosas importantes y gobernó durante 70 años. Y finalmente, el equivalente a Morena sería PODEMOS, un partido joven que, en su momento, creció como la espuma y atrajo a muchos desencantados de la política; y el AMLO español se llama Pablo Iglesias, aunque a él sí lograron defenestrarlo desde la opinión pública y los poderes fácticos. PODEMOS se disolvió y ahora quedó SUMAR, un partido representado por Yolanda Díaz que sería el equivalente a Claudia Sheinbaum, pero con mucho menos poder político, fuerza y astucia que la política mexicana. De hecho, la izquierda en España es un sector minoritario porque gobierna el bipartidismo, algo así como los tiempos de Fox, Calderón y Peña Nieto.

Las preocupaciones y problemas entre españoles y mexicanos son los mismos en la clase trabajadora, pero a nivel político a ellos les preocupa la guerra entre Rusia y Ucrania, las tensiones con Marruecos por Ceuta y Melilla, el independentismo catalán y la migración; mientras que en México la gran preocupación es que el PRIAN acepte su derrota y el Poder Judicial no dé un golpe de Estado técnico para invalidar las elecciones próximas.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

Salir de la versión móvil