No olvidar la violencia del conservadurismo

Permitir que triunfe la derecha en 2024 sería atroz, un error garrafal que nos devolvería a los tiempos de oscurantismo en México; el trabajo pendiente de la 4ta transformación está en la construcción de conciencia colectiva y social que conserve en la memoria, la violencia ejercida por los gobiernos neoliberales, la represión constante, la tortura, las ejecuciones extra judiciales, el vínculo del gobierno con los narcotraficantes, el saqueo de las arcas de la nación. 

Mientras que la derecha se reagrupa y toma espacios, el respaldo popular al gobierno de la 4ta transformación no sólo debe traducirse en la movilización, sino en la construcción de asambleas públicas vecinales que informen puntualmente sobre temas tan controversiales y que son manipulados por la oposición, como el caso de la ministra presidenta de la SCJN que rige la institución corrupta encargada de liberar a delincuentes de cuello blanco y exonerar a ex funcionarios públicos acusados de corrupción y enriquecimiento ilícito, o bien el Instituto Nacional Electoral, donde el Secretario Ejecutivo del INE Edmundo Jacobo se amparó ante el Tribunal Electoral y se ordenó su restitución; sí, el funcionario que gana más de 150 mil pesos al mes desde hace 15 años.

En estas asambleas se tiene que hacer memoria colectiva para no olvidar la represión que ejerce el gobierno panista en la Alcaldía Cuauhtémoc, el cuchillo en el cuello que colocó el papá del Alcalde panista Mauricio Tabe a un funcionario del Gobierno de la Ciudad de México, la corrupción del cartel inmobiliario de los diputados y alcaldes panistas de la Benito Juárez, entre ellos su actual Alcalde Santiago Taboada. 

La derecha busca asumir las banderas de las luchas históricas por la garantía de los derechos humanos como son las causas feministas, la diversidad sexual, los derechos de los pueblos originarios entre otros, como si los mexicanos nos estuviéramos chupando el dedo y no supiéramos de qué pie cojean los cínicos azules. Buscan que en la desmemoria del colectivo y en el imaginario público se llegue a creer que los políticos de derecha son grandes aliados de las causas sociales. Estos políticos del PRIANRD se victimizan, rasgan las vestiduras y gritan a los cuatro vientos que se les reprime, cuando éste ha sido el único gobierno que no tiene ni un solo elemento de censura o represión social y política.

No olvidemos a las mujeres de San Salvador Atenco violadas por policías federales, en el sexenio foxista y con los gobiernos priistas del Edomex; el caso de la señora Ernestina Ascencio de la Sierra de Zongolica, violada por militares, donde los medios de comunicación se encargaron de difundir la mentira de que había muerto de gastritis; la violenta represión contra maestros de Oaxaca por el gobierno de Peña Nieto; el asesinato y desaparición de cientos de luchadores sociales en los sexenios priistas; no olvidemos a nuestros compañeros jóvenes normalistas de Ayotzinapa; El vínculo del genocida de Calderón con el crimen organizado, entre cientos de casos más.

No podemos permitir que en nuestro país se vuelva a apoderar la violencia de sus calles y municipios. Por eso no deben ni pueden ganar los panistas y priistas.

El llamado es general, en un ánimo de fortalecer la participación política. Cuando nuestro Presidente dice que somos un país  más politizado, no quiere decir que el trabajo de la revolución de las conciencias está terminado. A lo que hace referencia, es que la gente ya no se deja engañar tan fácilmente, que existe la duda razonable sobre el actuar justo de los gobiernos y sus políticos, que hay una crítica social constante de la ciudadanía. Sin embargo, no resulta Suficiente, se requiere una labor de conciencia a profundidad que gane la batalla a los medios de comunicación.

Todos somos testigos de la falta de pericia del partido Morena para enfrentar con éxito la embestida mediática de la derecha y el conservadurismo. Los partidos políticos rigen su actuar bajo principios, con base en la participación democrática y plena de su militancia, reparten incentivos colectivos y refuerzan la ideología y la esperanza, el motivo por el que se lucha, recae su compromiso sobre los principios que enarbola y los convierte en verdaderos objetivos ciudadanos. 

Cuando se tiene debilidad institucional sobre estos puntos, desde el militante activo hasta el simpatizante, se genera una apatía organizativa que limita la incidencia de los miembros del partido en la ciudadanía.

Como mencionaba al principio del documentos, elementos hay suficientes para poder combatir la desinformación y la desmemoria que alienta la derecha pero, la falta de preparación de los militantes de morena, la pobreza organizativa del movimiento deja entre ver las fisuras y las carencias del partido en el gobierno.

La simple toma de protesta de comités vecinales, pero sin acción real en las calles o sin una participación constante de los mismos no generará una herramienta suficiente para detener a la derecha, morena debe fortalecer su estrategia comunicativa y de trabajo territorial para lograr de nueva cuenta la hazaña de la participación por convicción y conciencia de los ciudadanos. 

Sin más, es momento de salir a las calles, realizar asambleas públicas y refrescar la memoria del pueblo mexicano, retomar el debate público y defender con convicción a nuestro Presidente, el gobierno de la 4ta transformación y su continuidad.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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