El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, lanzó un mensaje contradictorio al pueblo iraní mientras lleva a cabo la Operación Amanecer de los Leones. Este bombardeo tiene como objetivo frenar las amenazas nucleares y los misiles balísticos del régimen iraní, al que Netanyahu califica de “opresor” y “débil”.

“Yo estoy con vosotros. El pueblo de Israel está con vosotros”, declaró Netanyahu, a pesar de que su gobierno inicia agresiones que afectan directamente a la población civil. Esta actitud refleja una grave hipocresía: lanza ataques y luego intenta presentarse como un aliado del pueblo iraní.
La operación ha atacado altos mandos militares, científicos nucleares y una planta de enriquecimiento. Estos bombardeos no solo son acciones militares, sino que generan sufrimiento entre los civiles iraníes. Mientras Netanyahu se muestra solidario, la realidad en el terreno contradice sus palabras.
Esta doble moral es preocupante. Netanyahu reafirma el compromiso de Israel en la lucha contra las amenazas nucleares, pero su retórica se siente vacía cuando se traduce en acciones bélicas. La comunidad internacional observa cómo lanza la piedra y esconde la mano, tratando de desviar la atención de sus propias acciones.
El primer ministro debe entender que la solidaridad no se expresa solo con palabras. La paz y el respeto son necesarios para construir un futuro mejor, no los bombardeos. Mientras la situación se intensifica, la verdadera solidaridad hacia el pueblo iraní requiere un cambio en la estrategia de Netanyahu.

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