Mundial 2026: la captura de ‘El Mencho’ se pospone por seguridad y reputación de México

El gobierno mexicano habría pedido a EUA esperar la detención de Nemesio Oseguera Cervantes hasta después del Mundial, revelando la compleja relación entre el Estado y el crimen organizado.

A menos de un año de la Copa del Mundo 2026, México enfrenta un dilema crítico: garantizar la seguridad de millones de turistas mientras mantiene la estabilidad interna frente a los cárteles más poderosos del país. Según fuentes confidenciales, el gobierno mexicano solicitó a Estados Unidos posponer cualquier acción contra Nemesio “El Mencho” Oseguera, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, para evitar violencia que pueda afectar la imagen del país durante el torneo.

De acuerdo con una investigación de Óscar Balderas para Milenio, la solicitud responde a un riesgo real: los escoltas del capo incluyen comandos de élite de Rusia (spetsnaz) y armamento avanzado, lo que convierte cualquier intento de detención en un posible desastre en ciudades como Guadalajara, sede de cuatro partidos internacionales. En los hechos, esto se traduce en una “tregua mundialista”: el crimen organizado mantendría sus operaciones bajo control mientras México se prepara para recibir al mundo.

Este tipo de acuerdos implican un reconocimiento implícito de que la paz depende de los grupos criminales más que del Estado. Otros cárteles como Santa Rosa de Lima o La Nueva Familia Michoacana también podrían replicar esta dinámica, usando bloqueos, incendios y apagones para ejercer presión en caso de detenciones.

La experiencia histórica en torneos internacionales muestra la complejidad: desde la Copa de 1978 en Argentina hasta Qatar 2022, la seguridad ha exigido despliegues masivos, vigilancia extrema y medidas que incluyen espionaje y control digital. En México, el uso de Pegasus y otras tecnologías de vigilancia ya ha generado tensiones con críticos del gobierno, lo que evidencia los desafíos de balancear protección y derechos civiles.

El Mundial 2026 no será solo un escaparate deportivo; será una prueba de capacidad y estrategia de seguridad. Cómo México gestione este equilibrio determinará no solo la percepción internacional, sino la seguridad real de ciudadanos y visitantes.

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