La comunicadora conservadora Beatriz Pagés, uso la portada de su revista “¡Siempre!” para difundir una especie de caricatura previo a las elecciones del 2 de junio pasado. En la portada se incluyó el perfil reconocible de la entonces candidata presidencial, Claudia Sheinbaum Pardo, ataviada con símbolos nazis, lo que generó confusión y sobre todo ataques de odio.
Por ello, la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) multó a Pagés con 7 mil 780.50 pesos, la verdad es que le salió barato, en otros países la hubieran mandado directo a la cárcel. Y es que no es cuestión de risa usar la referencia histórica que usó Pagés, quienes conocen un poco de historia general saben que no es agradable para nadie usar ese tema.
Con su bajeza, Pagés pudo ser responsable de generar la difusión de información inexacta que también pudo impactar a la ciudadanía al momento de emitir su voto. Y aunque no resultó cómo lo tenía previsto, su falta no está amparada dentro de la libertad de expresión, debido a que hizo sugirió que tanto Morena como la candidata Sheinbaum tenían algo que ver con el movimiento nazi, algo absolutamente inaceptable por las dolorosas huellas en la historia universal tras la Segunda Guerra Mundial.
En aquel entonces, Pagés escribió: “Si permitimos que pase Morena, si dejamos que gane Claudia Sheinbaum, los exterminadores de México no solo serán los SS de la 4T sino una oposición sin coraje para impedir que México quede encabezado ahora por una comunista embozada”. Frase con la que incluyó la portada de su nefasta revista.
En ese entonces la comunidad de mexicanas y mexicanos conscientes y politizados más que nunca, condenaron las miserables acciones de Pagés, a la que dirigieron una carta. A pesar de esto, la difamadora Pagés no reculó e incluso se alegró tras la polémica causada.
Por cierto, Pagés es la infame responsable de entregar el Premio de Comunicación José Pages Llergo, que en el 2024 recibieron sus colaboradores de la patética emisión Atypical Teve, además de a otros voceros de la derecha conservadora más rancia, como Chumel Torres, Guadalupe Acosta Naranjo y Patricia Aguayo.
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