Después de aparecer en la foto, el conductor de televisión Leonardo Curzio, donde se instauró el proyecto de asociación llamado Movimiento Anticorrupción y Anticrimen, aparece para dar un diagnóstico distorsionado de la imagen de México en el mundo.
Este club de conservadores, encabezado por el evasor fiscal Ricardo Salinas Pliego, quien reunió a sus empleados más famosos para ordenar que no desperdiciaran foro alguno para hacer proselitismo por esa causa, quiere ser la plataforma para que su líder, quien debe al fisco más de 74 mil millones de pesos, compita por la Presidencia de la República.
En ese evento en las instalaciones de TV Azteca, el 11 de septiembre pasado, Salinas Pliego dijo a sus empleados y personas de confianza que ”es momento de decidir de qué lado de la historia estamos”.
Los cálculos electorales de los integrantes de ese grupo son las mismas que la del grupo Somos México, al que posiblemente deban unirse para lanzar una candidatura tan absurda como sus pronósticos políticos.
Guadalupe Acosta, líder es este grupúsculo, que intenta convertirse en partido político, a pesar de haber tenido muy mala suerte con su capacidad de convocatoria a las asambleas distritales en todo el país, tienen el tiempo encima, y no han logrado ni la mitad de los requisitos que deberán cumplir el 25 de enero de 2026.
Porque esos dos grupos hacen cálculos absurdos que inyectan a sus seguidores un optimismo que raya en la fantasía, al concluir que los votos que recibió la oposición, sumados al del abstencionismo, suman un 46 por ciento de inconformidad con el actual gobierno que puede votar a su favor, desapareciendo, de la noche a la mañana el abstencionismo al ciento por ciento.
Conocer las causas del abstencionismo requiere estudios profundos que no puede tener resultados inmediatos ni precisos. El abstencionismo es el anonimato político de los ciudadanos y, en México, debe dársele una lectura seria y no tomar en cuenta esos niveles de pasividad electoral como enemigo latente de ninguna causa, partido o gobierno.
Entre los siervos de salinas Pliego se encuentra un empleado de la UANM, Leonardo Curzio, quien, además de conducir noticieros, participó como miembro activo de la UNAM como ponente en el “Seminario Internacional de Gobernanza Global Relación México-Estados Unidos y sus Nuevos Desafíos” organizado por la Máxima Casa de Estudios, donde señaló contundente, algo que nadie le creería en estos momentos: “En los últimos 20 años, México es más débil en materia de imagen e instituciones, prueba de ello son los escándalos del y las asociaciones delictivas”, dijo en su disfraz de investigador del Centro de Investigaciones Sobre América del Norte.
Los demás ponentes fueron menos pesimistas, con posturas que lo colocaron en el seminario como una persona radical y con poca credibilidad interpretando un guion prestablecido, como si estuviera transmitiendo noticias por ADN 40.
Poco puede creérsele a personajes como Curzio, dentro y fuera de sus transmisiones televisivas, y dentro y fuera de los ámbitos universitarios.
Una persona que muestra servilismo a un delincuente afecta a la UNAM en su prestigio internacional y mantener como ponente universitario a un cómplice de delitos que deben erradicarse en México en un agravio para la institución y para el país.

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