Morena, el partido más influyente de México, se enfrenta a un reto interesante en el ámbito inmobiliario. A pesar de ser el partido mayoritario, solo cuenta con edificios propios en nueve estados. Esto significa que sigue pagando renta en 23 de las 32 entidades.

Desde su registro en 2014, Morena ha logrado un crecimiento impresionante. Ganó la Presidencia en 2018 y mantiene una fuerte presencia en el Congreso. Además, gobierna 23 estados, lo que refleja la confianza de la ciudadanía en su proyecto político.
El partido ha adquirido propiedades en la Ciudad de México, incluyendo importantes inmuebles en la colonia Roma y la colonia Nápoles. Estas adquisiciones representan un paso hacia la consolidación de su patrimonio. Sin embargo, la escasez de propiedades en otros estados sigue siendo un desafío.
En Baja California Sur, Coahuila, Sonora, Tamaulipas, Yucatán y Zacatecas, Morena posee algunas propiedades, pero aún depende del alquiler en muchos lugares. Esto no limita su capacidad de operación, ya que ha demostrado eficacia en su gestión política.
Morena también ha sido transparente en sus registros. A través del Sistema de Portales de Obligaciones de Transparencia (Sipot), los ciudadanos pueden consultar el estado de sus bienes inmuebles. Esta apertura genera confianza y muestra su compromiso con la rendición de cuentas.
El liderazgo del partido se enfoca en alcanzar un padrón de 10 millones de militantes. Este objetivo ambicioso indica su deseo de seguir creciendo y fortaleciendo su presencia en todo el país. Aunque enfrenta desafíos en la construcción de un patrimonio sólido, su enfoque en el bienestar social sigue resonando entre los ciudadanos.
En conclusión, Morena ha demostrado ser un partido en ascenso. Su poder político es evidente, y aunque enfrenta retos en el ámbito inmobiliario, su compromiso con la transformación de México se mantiene firme. Con cada paso que da, se prepara para consolidar su influencia y construir un futuro más prometedor.

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