Ante las transformaciones de la sociedad mexicana, se solicita desde una parte muy sensible de la sociedad que los partidos políticos sean autosuficientes, que sean sus militantes quienes sostienen al partido, como sucede en otros países. Por lo regular esta visión proviene de los medios, que suspiran por que se les regrese el subsidio del que gozaron por muchos años.
La austeridad del gobierno debía ser pareja, es decir, sin subsidio para los partidos y tampoco para los medios. El origen de dichos recursos es el mismo pero los fines diferentes, y para qué quieren los mexicanos que los medios sean subsidiados con su dinero, vía publicidad oficial, para que sigan mintiendo como lo hacen desde hace más de un siglo.
Los partidos políticos son entes de interés social, los medios son empresas particulares. No pueden subsidiarse a individuos o grupos con dineros públicos; sin embargo, la tradición de la sociedad perversa entre medios y gobierno, pareciera no darse cuenta de este negocio que resulta ilícito. Que es parte de la corrupción.
Porque lo que debía ser es que los militantes sostuvieran a sus partidos y sus anunciantes a los medios. Así habría independencia en éstos y disciplina y honestidad en los partidos. Pero el peso de los usos y costumbres es demasiado para ser entendido de repente por los interesados en el tema.
La democracia tiene un precio que arroja resultados satisfactorios para toda la sociedad sin distinción; sin embargo; los medios sólo han beneficiado tanto en los contenidos como en su proyección financiera a un grupo reducido de mexicanos que utilizaron la publicidad para evadir impuestos y enriquecerse. Incluso hay medio que crean sus empresas para que se anuncien en los medios todo con propietarios del mismo consorcio empresarial. Incluye desde luego, empresas fantasma.
Seguramente habrá una profunda revisión de todo tipo de subsidios y en la Ciudad de México ya se decidió reducir a la mitad las prerrogativas destinados a los partidos políticos. Deberían hacer lo mismo con los medios.
La propuesta aprobada, que presentó Morena, señala que es impostergable e ineludible la reducción del gasto público en áreas no prioritarias, para destinar dichos recursos a la atención de las necesidades de los habitantes de esta ciudad, tales como agua, salud, educación y transporte, entre otros.
A pesar de que los medios han sido subsidiados indirectamente por los partidos, sobre todo en tiempos de campaña, mantienen una añeja competencia por el dinero que emana del gobierno.
Consideran los medios que los partidos son enemigos de sus intereses porque no todos fortalecen sus arcas. Los medios fueron dejando en el camino del tiempo la credibilidad; los partidos tienen, contrariamente, de manera inmediata, su sanción ante el distanciamiento con la población, a través del voto, pero los medios, que todavía no aprenden a medir sus alcances, a quienes creen burlar las métricas y alteran, con bots su auditorio para inflarlo y decirse escuchados, vistos y atendidos, creen engañar a un auditorio que los conoce mejor que ellos mismos.
El subsidio a los partidos puede fortalecer la democracia con una ideología que les caracterice, donde las propuestas superen a los hombres y no los hombres a las propuestas, pero los medios necesitan del protagonismo de los mercenarios que los fabricaron como “líderes de opinión” para manipular a la población con el dinero del pueblo.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios