A la 1:45 de la tarde, se retiraron las vallas para ingresar a la plancha de Zócalo, la gente corriendo a ocupar un lugar que les permitiera buena posición para disfrutar. Unos se pusieron al frente del balcón presidencial, otros, dudosos, se dirigieron frente al templete, donde horas después tocarían Los Tigres del Norte.
Empezamos mal
Nuestra transmisión se canceló porque nuestros micrófonos nunca quisieron funcionar para la transmisión especial que teníamos preparada, frustrados, optamos por transmitir unos minutos de manera individual, tanto Zeltzin y un servidor.
Yo en lo particular, una de las cosas que más amo, es hacer en vivos con la gente, en las calles, por lo que, con el miedo que la señal de internet me jugara una segunda mala pasada, prendí la cámara y transmití, (mi querido amigo me insistió en hacerlo).
Lo que viví ayer en el Zócalo, fue impresionante, la gente estaba muy feliz, hasta eufórica, vinieron de absolutamente todos los estados.
Gente que nos saludaba, venían de todos los rincones del país, por ejemplo: Guadalajara, Veracruz, Villahermosa, Los Mochis, San Luis Potosí, de la Costa Chica, Izcalli, Naucalpan, Chalco, Monterrey, Mexicali, Los Cabos, León, Tlaxcala, Ixmiquilpan, Puebla, Nuevo Laredo, Zacatecas, Morelos, y un largo etcétera.
Héroes y heroínas vivientes
La otra mitad de fuera del país, muchísimos migrantes. Me dijeron literal: “venimos especialmente al grito, por nuestro presidente López Obrador”, nos saludaron quienes venían de California, Utah, Las Vegas, Chicago, Washington, Nueva York, Texas, Wisconsin, Arizona, Minnesota, Canadá, Alaska…
Las lágrimas de varios de ellos llegaron, “nunca había sentido tanto orgullo de ser mexicano hasta ahora, con este presidente que ve por el pueblo”, “Tengo 20 años que no había venido, estoy emocionado”, “Venimos solo a ver al presidente, ojalá no se entere mi familia, porque no les avisamos que vendríamos, solo queremos festejar junto al presidente, y nos regresamos”, “Viva López Obrador”, “Nos vamos a sentir triste cuando se vaya, por eso venimos porque esto no se va a volver a repetir” …
Tocar el corazón de los mexicanos, mexicanas como lo hace el presidente es magia, el Zócalo lo volvió a constatar.
La lluvia fue intermitente en la tarde, los plásticos para cubrirse empezaron a venderse masivamente, pero muchos traían su paraguas, sus chamarras: “sabíamos que llovería, pero no importa, vale la pena estar aquí aguantando” me dice una señora sonriendo.
Cielito Lindo
A la espera de horas, la gente empezó a manifestarse, no para quejarse, sino para demostrar su alegría, intentaron hacer la ola en pleno Zócalo, agitaban banderas, y hasta cantaron “Cielito Lindo”, como si fuera una ofrenda para que Tláloc se apiadara y calmara la lluvia.
La Sala de Prensa estuvo instalada en el Museo del Arzobispado, en calle Moneda, ahí la prensa pudo tener todos los servicios para hacer su trabajo sin contratiempos, por cierto, el mismo lugar donde ha votado el presidente.
Hubo una franja frente a Palacio reservada para familiares de militares, como reconocimiento a su labor en las diversas tareas en favor del país. Espacio que después se abrió para toda la gente asistente, solo unos 100 ingresaron entre los templetes que dispusieron para la prensa frente al balcón presidencial. Nada extraordinario, como algunos medios quisieron hacer creer.
“Jefe de Jefes”
A las 8:45 se escucharon las voces de los integrantes de Los Tigres del Norte:
“Nos llenamos de emoción y de alegría al poder estar celebrando la independencia este día con ustedes.”
“Como mexicano me siento muy orgullo, de poder estar con ustedes hoy, este día.” “Me siento también orgulloso de estar aquí, en el Zócalo…”
“Desde el corazón de nuestra república mexicana, les enviamos un fuerte abrazo, muchísimas gracias, celebramos este día de independencia, con mucho respeto y mucho cariño a nuestros héroes que lucharon por todos nosotros, por nuestra libertad, felices de estar aquí, y… Viva México”.
Y con la canción de “Jefe de Jefes” arrancó el concierto de estos músicos sinaloenses:
“A mí me gustan los corridos
Porque son los hechos reales de nuestro pueblo
Sí, a mí también me gustan
Porque en ellos se canta la pura verdad
Pues ponlos, pues
¡Órale, ahí va!”
El presidente Andrés Manuel López Obrador se podría reelegir con la mano en la cintura.
El presidente más amado desde el General Lázaro Cárdenas.
Crónica por: Hans Salazar.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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