Mártir de la democracia

Opinión de Carlos Mendoza

Existen personas que son capaces de dar hasta su vida por unos ideales, siempre y cuando se esté muy convencido y se tenga claro por lo que se lucha o lo que se defiende. Cuando hablamos de personajes precisamente que dieron su vida en beneficio de las mayorías, merecen todo nuestro respeto y admiración, además de que es necesario recordarles para fortalecer nuestra memoria histórica como haremos en esta ocasión.

Un México convulsionado

El México del siglo XIX fue sumamente inestable, con guerras internas entre los grupos en disputa (conservadores y liberales principalmente) pero también con invasiones extranjeras que llegaron a costar pérdidas considerables de territorios y la muerte de muchísimas personas.

Sin embargo, a finales de esa época se impuso cierto orden con la sangre de muchos mexicanos y mexicanas que de una u otra forma fueron sometidos ante el poder del orden y el progreso que buscaba implantar el porfiriato. Todo ese proceso de profundización de la desigualdad social y de la violencia sistémica llevó al desarrollo de la Revolución Mexicana y a que la lucha de clases se desbordara.

Todos esos años nos dieron un conglomerado bastante extenso de personajes heroicos -y otros no tanto- que resonaron fuerte en los ecos del pueblo de nuestro país. En ese marco se adentra y fortalece quién hoy cumple años de haber sido asesinado impunemente por defender los ideales democráticos populares y de justicia social, Belisario Domínguez.

Senador y médico del pueblo

Este chiapaneco, que le tocó vivir justamente ese México violento y en constante cambio político, se fue formando con cierto sentido humanista. Tan es así que cuando se va a Francia a estudiar para convertirse en Médico, es influenciado por las corrientes positivista pero sobre todo socialista que se fortalecían en todo Europa.

Una vez que regresa a nuestro país a finales del siglo XIX como profesionista de la salud es que comienza con sus labores médicas que van más enfocadas al aspecto social de brindar sus atenciones a las personas más desfavorecidas de su comunidad y de las aledañas en el mismo estado de Chiapas.

Después, poco a poco irá creciendo su proyección política y de crítica al gobierno porfirista. Hasta tendrá su propio periódico llamado “El Vate” donde -entre otras cosas- emitirá fuertes críticas al régimen autoritario de Porfirio Díaz y mostrará cierta simpatía por el movimiento revolucionario encabezado por Francisco I. Madero.

Ya con el triunfo de Madero y su designación como presidente le tocará ser senador suplente por su estado y después las mismas condiciones lo llevarán a ser el titular (muere el otro senador) y a vivir la decena trágica, donde Victoriano Huerta da un golpe de Estado y asesina a Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez.

Morir por la democracia

Este último suceso (llamado por Paco Ignacio Taibo II como “temporada de zopilotes”), que es impulsado también por el gobierno de Estados Unidos y por parientes del exiliado Porfirio Díaz, motiva a que el actuar político de Belisario se radicalice y critique directamente al usurpador Huerta. Su congruencia política lo obliga a actuar en consecuencia sin importar lo que le pudiera suceder.

Un 7 de octubre de 1913 el senador chiapaneco será sacado del hotel donde se hospedaba y asesinado vilmente por órdenes de Huerta, su cadáver será enterrado desnudo, su ropa incinerada y tomará bastante tiempo hacer la indagatoria correspondiente para conocer lo ocurrido. Mientras, Huerta también desintegra el congreso y arresta a muchos representantes populares. En ese entonces los movimientos armados revolucionarios (los zapatistas y los constitucionalistas, de estos últimos principalmente Villa) avanzaron más contra las tropas usurpadoras  y los derrotarán unos meses más tarde.

El ejemplo y la figura histórica de Belisario Domínguez será retomado por actores políticos de derecha (como Krauze) y por otros de las izquierdas, es ahí donde nos toca reivindicar su personaje y lo que representa. Que no sea solamente la entrega de la medalla del senado (que se otorga a personajes distinguidos como reconocimiento en diversas acciones) sino que llevemos a cabo siempre gran parte de sus ideas en lo concerniente a la búsqueda de la verdad, la democracia real y la libertad.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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