La gobernadora de Morelos, Margarita González Saravia, desmintió categóricamente que la remoción de Uriel Carmona Gándara como Fiscal General del Estado haya sido en defensa del exgobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo. En conferencia de prensa, aseguró que su administración apuesta por la procuración de justicia y reiteró su compromiso de no permitir impunidad en la entidad.
Acompañada por el secretario general de gobierno, Juan Salgado Brito, la mandataria explicó que la destitución de Carmona Gándara fue una promesa de campaña y parte de su estrategia para fortalecer la seguridad en Morelos. Argumentó que mantener a un fiscal con denuncias en su contra no solo dañaba la imagen del estado, sino que también dificultaba la coordinación entre la Fiscalía General del Estado (FGE) y las fuerzas de seguridad.
El Congreso local aprobó la remoción de Carmona con 16 votos a favor, resultado de negociaciones con diversas fuerzas políticas, incluyendo el PRI, PAN y el Partido del Trabajo (PT). González Saravia destacó que la decisión fue tomada con total autonomía, sin injerencia de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Sobre las acusaciones de Carmona Gándara, quien afirmó que su destitución ocurrió después de solicitar el desafuero de Cuauhtémoc Blanco por presunta violación en grado de tentativa, González Saravia rechazó esta versión, asegurando que la denuncia contra el exgobernador existía desde 2023 y que el exfiscal la utilizó como una estrategia de presión.
Finalmente, la gobernadora adelantó que presentará un segundo paquete de denuncias contra exfuncionarios del sexenio anterior, sin revelar detalles sobre los presuntos delitos o los involucrados. Enfatizó que el nuevo fiscal tendrá la tarea de analizar los expedientes pendientes y proceder conforme a la ley.
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