Al día de hoy la CNTE sigue plantada en la plaza del zócalo de la CDMX y en el aeropuerto AICM, después de la intentona de cercar el palacio de gobierno para obstaculizar la mañanera de nuestra presidenta sin tener éxito, ya que se optó por la transmisión a distancia y se atendieron las preguntas de los periodistas y las secciones habitualmente programadas. Resulta interesante que una organización de supuestos maestros llegue a palacio de forma violenta y arremetan contra los periodistas, hagan disturbios y se nieguen al dialogo privilegiando la imposición de sus demandas en vísperas de la elección del poder judicial del 01 de junio. Los estudiosos hablan de que estas son simples estrategias para tener una mejor posición en la negociación política frente a nuestra presidenta, lo cierto es que esta organización se está develando de cuerpo completo haciéndole el caldo gordo a la derecha, amenazando incluso con boicotear las elecciones del próximo domingo donde elegiremos a un nuevo poder judicial conformado por jueces, magistrados y ministros.
Yo recuerdo las marchas de la antigua CNTE en tiempos de Calderón y de Peña Nieto en la que éramos reprimidos con lujo de violencia, donde los dirigentes eran masacrados, desaparecidos y muchos de ellos presos políticos. En esos años era claro las demandas de justicia del magisterio y clara también la línea de un gobierno represor, sin dialogo, y ocupando toda la fuerza pública y militar para “poner orden”. Frente a estas injusticias era común que la ciudadanía se sumara a estas marchas, la CNTE tenía el apoyo del pueblo que hacia suyas sus demandas y sufría con esta organización las bajezas de los gobiernos prianistas. Hoy creo que la CNTE se ha ido por el camino incorrecto, ya no son los tiempos de antes, me parece que se quedó en el almanaque y no se han enterado que estamos en la cuarta transformación de la vida pública de México.
Es urgente que alguien les diga a los dirigentes y líderes seccionales de la CNTE que México ya cambió y que en el año 2018 el pueblo de México voto por un cambio de país, de rumbo, un nuevo modelo de gobierno, con una filosofía distinta, que eligió a un gobernante democráticamente y que luchamos porque esta democracia permanezca. Dan tristeza sus desmanes, ellos podrán tener la militancia de los supuestos maestros, pero no tienen al pueblo, el pueblo es mucho más que una simple organización corrupta, charra y golpista. Desde mi punto de vista, la actual CNTE se comporta como si estuviera con gobiernos del PRIAN porque en ese escenario se originaron, en ese mundo fueron criados, no saben vivir en democracia, no saben cómo comportarse frente a gobiernos democráticos, sin duda quedan demandas por cubrir, pero no son las formas, en esta ocasión se atienden con ayuda del gobierno no a pesar del gobierno como lo era en el pasado, ahora en democracia no se les vitupera a los maestros como antes, no se les excluye, su comportamiento es antidemocrático, totalmente anacrónico y es por ello que no tienen el apoyo del pueblo de México y nuestra presidenta sí, ella no sólo tiene el respaldo de su pueblo sino también tiene su cariño, su entrega, porque si bien es cierto que hay cosas que mejorar en el magisterio, también es cierto que desde el 2018 se ha trabajado para que sus demandas sean atendidas en lo posible del presupuesto.
No hay represión, se les respeta sus derechos, se les basificó casi un millón de plazas, se les mejoró su salario como nunca antes, se les está ofreciendo una semana más de vacaciones, aumento del salario del 9% y de un 1% adicional en septiembre, se les está tomando en cuenta para una mejor evaluación, no como con la falsa reforma educativa de Peña, no se pagan ahora a medios corporativos para denigrar su labor docente como en el pasado donde el tal “X González” hablaba de que eran delincuentes y mafiosos. Ahora no es así, qué acaso no lo ven. El gobierno ha entregado miles de millones de pesos para mejora de las instalaciones educativas, se ha buscado detener la edad de jubilación y que esta sea justa tanto para hombres como para mujeres y se ha creado un fondo de pensiones para que ningún maestro o maestra se jubile con menos de lo que ganaba en su último salario registrado, ya no va a ver eso de que ganas 16,000 y te jubilas con 4,000, ya no, por el contrario, se busca complementar esta pensión para que esta sea justa y digna, adicional a todos los programas sociales que apoyan también a los maestros.
Recuerdo muy bien que AMLO se ocupó de que se les aumentara como nunca el salario a los maestros, y que ninguno ganara menos del promedio de salario mensual en México, retribuyendo con ello a la labor noble que realizan. Entonces ¿qué más quiere la CNTE? Claro que siempre hay cosas por mejorar y vamos en esa dirección, ajustarnos al presupuesto dado que este está asignado a otros apoyos sociales que también reclaman demandas justas y con las que también se tenían deudas históricas. No se trata de que aparezca una organización y diga atiéndeme a mí primero y saca dinero de donde puedas para atenderme sino te armo un desmadre, qué es eso, yo les diría tranquilos, vamos formados camaradas. Y es de esto apreciable lector, precisamente de eso de lo que me gustaría dedicar mis últimos párrafos, de hablar de: “los otros maestros”.
Cuando escucho que hay maestros que van a tener pensión y jubilación, que tienen salario mensual digno, seguridad social, cajas de ahorro, prestaciones superiores a las de la ley, que están sindicalizados, que tienen mejoras salariales, que están basificados, que tienen vacaciones pagadas, vales de despensa, prima vacacional, aguinaldo cada año, fiesta de fin de año, bonos, que generan antigüedad en su trabajo, que se pueden hacer de una vivienda, o que en caso de fallecimiento, discapacidad, o maternidad, tienen el apoyo que les corresponde por ley, cuando escucho todo eso, por un lado me alegra, porque los verdaderos maestros se lo merecen, se lo merecen todo por ejercer esa noble labor de hacer de los estudiantes personas de bien, de luz, de conocimiento, todo mi respeto y admiración para aquellos maestros que ponen un granito de arena en la formación de mejores estudiantes, mejores ciudadanos y mejores personas.
Por otro lado, quisiera decirle que, apreciable amigo lector, no todos los que son maestros gozan ni mínimamente de estos beneficios, alguien le debería decir a la CNTE que, bajo esta perspectiva, viven en una cuna de privilegios que pocos, muy pocos verdaderos maestros tienen actualmente. Posiblemente la CNTE no sepa que al día de hoy se gesta una larga lucha de maestros de la UNAM que son contratados por hora, que ganan apenas para vivir, con jornadas largas y horarios altamente flexibles, que no ganan lo suficiente para darle una vida digna a su familia y tienen que tener tres trabajos o más, que viven cada ciclo escolar con el temor de que tengan horas en este semestre pero quizás en el próximo semestre ya no, supongo que esta realidad alterna, que vive otro rubro de maestros, la CNTE lo ignora, y ellos sólo luchan por “sus maestros”, no por “los otros maestros”.
Parece incongruente, pero realmente cualquier profesor con condiciones como las ya mencionadas paupérrimas, terciarizadas y en condiciones laborales precarizadas, no se sentiría representado hoy por la CNTE, pareciera que hasta entre los maestros “hay niveles”, no son los mismos los del magisterio de educación básica pública que los maestros de educación superior pública de la UNAM o que los de educación privada, etc., así tan aberrantemente está fragmentada esta lucha por los derechos laborales y es tan desigual que es por ello que, por ejemplo, si yo soy un maestro de educación superior de escuela privada pauperizado que me pagan 85 pesos la hora, sin prestaciones, bajo un régimen fiscal de asimilado a salarios, sin derechos sociales ni a la vivienda, sin antigüedad, sin vacaciones pagadas, sin ni siquiera copia de contrato laboral, yo por ejemplo, yo no me siento identificado con los maestros de la CNTE.
Y es de esta magnitud la desigualdad entre los gremios de maestros, estamos los que por décadas y por vocación hemos dedicado nuestra vida a la docencia sin un futuro asegurado, y otro grupo que tiene y quiere más, y eso está bien, pero pareciera que se cumple esta frase del que se le da más al que más tiene y menos al que menos tiene, creando una mayor brecha de desigualdad. Convendría mirar también a “los otros maestros”, los que viven al día, a esos a los que una institución pública o privada les dice “hoy eres maestro, mañana ya no lo eres”, hoy te respalda una institución y te sellamos tu credencial, mañana yo no eres nadie, mañana ya no te resellamos tu credencial y ni siquiera te va a servir ni para tener descuento de transporte en vacaciones. Convendría conmoverse por lo menos del desamparo de estos maestros, que, tirados a la suerte de la oferta y demanda del mercado laboral, luchan por pagos por hora más dignos, que actualmente ni siquiera les permite cubrir la canasta diaria, su transporte o brindarles una vida digna a su familia.
Hay maestros con privilegios como los de la CNTE y los de la casta dorada de la UNAM, con sueldos exorbitantes, bonos, reconocimientos, categorías, y demás acumulados que sin duda terminan ganando más que la presidenta de la república, pero también están “los otros maestros”, que no ganan menos por contar con menos capacidades o menos grados de estudios, no, sino que ganan menos porque se han topado con instituciones educativas inmorales, que podrán tener una fachada muy bonita, pero que sus condiciones y exigencias son iguales de perversas. Que quede claro, no puede haber buenas instituciones educativas con salarios de miseria, no puede haber instituciones educativas de excelencia con condiciones laborales precarias o inexistentes para sus docentes. No somos ingenuos, “los otros maestros”, muchos trabajan por necesidad, pero la mayoría que he conocido trabajan por vocación, por un amor genuino a la enseñanza, verdaderos maestros no payasos, sino verdaderos maestros entregados en cuerpo y alma a sus estudiantes, no gañanes que se creen dueños y señores de las instituciones educativas, mafias educativas que dictan quien entra y quién no, quien concursa y quien no, a quien en este ciclo escolar se le colocará el mote de “maestro”, estará en la foto, se le felicitara el 15 de mayo, estará en el grupo de WhatsApp y tendrá la playera institucional y quién no.
Amigo lector, “los otros maestros” somos muchos, pero parece que somos invisibles. Por esos, por “los otros maestros” permítame alzar la voz. Somos los que habitamos en la mayor parte del sistema educativo en todos sus niveles, pero pareciera que no existimos. Pareciera que solo es maestro el que tiene plaza, no el que lleva 10 años firmando contratos cada ciclo escolar, sólo es maestro el que está en la nómina magisterial con su pago cada quincena, no al que le pagan en sobre amarillo al final de la impartición de la materia. Entonces, convendría preguntarnos ¿Qué es ser maestro hoy en día? ¿Acaso ser maestro lo define la contratación de una institución educativa? ¿Qué hay de la vocación? Yo le puedo decir con convicción, que a mí no me define una institución, yo soy maestro esté de acuerdo o no una camarilla de dictaminadores, yo soy maestro porque así lo decidí desde hace más de 20 años, porque a la labor docente le he entregado mi vida, a pesar de los pesares de luchar incansablemente en contra de las injusticias laborales, en contra de los caciques sindicales, de las mafias universitarias, yo soy maestro porque así lo elegí, porque se me ha dado esa virtud divina de la enseñanza y el aprendizaje, porque siento tener un compromiso social, humano y ético con mi profesión como economista y el enderezamiento de su enseñanza que quedó toda inmoral y retorcida por el neoliberalismo.
Para finalizar, quisiera pedirle que piense, aunque sea un minuto en “los otros maestros”, que reflexione ahora con esta nueva visión sobre las demandas de la CNTE y sus formas, que no olvide a los pobres o, mejor dicho, empobrecidos maestros de la UNAM que llevan una larga lucha frente a estas injusticias cubiertas con el velo de la supuesta “autonomía” y que se repiten en las universidades autónomas en cada estado de la república. Hágame también un último favor, nunca dude de nuestra presidenta la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, ella como usted y yo, está del lado correcto de la historia, ella es leal a su pueblo, recuerde que nuestro tata AMLO nos la encargó.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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