Los miserables por la calle de la amargura

Opinión de Carlos Mendoza

Nuevamente la clase privilegiada hizo algo a lo que no está acostumbrada, salió a marchar contra el gobierno federal actual en varias ciudades del país. Bajo las consignas de “El INE no se toca” o “Defendamos la democracia”, y otras menos elaboradas y absurdas, iniciaron su desfile por las calles. La movilización de nuevo fue un rotundo fracaso, de eso hablaremos en este escrito.

El INE sí se toca

La reforma electoral propuesta por nuestro presidente, Andrés Manuel López Obrador, pretende modificar y profundizar la democracia en el país: a) A través de una reducción de gastos innecesarios que tiene el aparato electoral; b) Modificar la elección de los consejeros del órgano electoral y del tribunal, ahora serán elegidos mediante el voto popular; c) Reducir el número de representantes populares (quitar los plurinominales) ya que muchos de ellos son solo parásitos que no legislan y solo cobran; d) Cambiar de nombre de la institución rectora en materia electoral al Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC) que esto integra la medida democrática de las consultas como parte central del organismo; e) Voto electrónico que busca modernizar pero también volver más confiables las elecciones.

Teniendo un panorama general de la propuesta de reforma electoral podemos notar que ésta parte del proyecto político de la Cuarta Transformación, que es profundizar la democracia y la justicia social en beneficio del pueblo de México. Además no es algo nuevo, desde 1977 se han realizado varias reformas electorales que han buscado mejorar paulatinamente nuestra democracia.

¡Fuera máscaras!

Sin embargo, la oposición (si es que se le puede llamar así) ha emprendido una campaña mediática muy fuerte en contra del gobierno federal desde 2018. Los resultados están a la vista, derrota tras derrota han perdido la mayoría de las gubernaturas y el proyecto de la 4T sigue con la mayoría en sus cámaras de representantes. Además, según encuestas 7 de cada 10 personas mexicanas está a favor de la transformación. La geografía política es de color guinda y todo parece indicar que así seguirá por mucho tiempo.

La marcha de hace unos días es una muestra más de que aún con todo el poder mediático no pudieron convocar a muchas personas, se habla de solo diez mil en la Ciudad de México (por obvias razones la movilización más grande del país). Sus mentiras, engaños y su dinero no fueron ni serán suficientes para poder convencer a las personas de sus causas, pues al final de cuentas solo defienden sus privilegios y la gente se entera de ello.

Y es que tan solo hay que ver quiénes asistieron a la marcha, los principales dirigentes de los podridos partidos de la derecha mexicana (Vicente Fox, Margarita Zavala, Santiago Creel, Alejandro Moreno, Claudio X. González, etc.) para saber los intereses que se están defendiendo. Más aún, la mayoría de las personas que asistieron eran estructuras de sus cargos políticos y, en el mejor de los casos, personas que se les pagó por asistir.

Otro punto importante a resaltar de este desfile es el lenguaje de quienes asistieron. Si ponemos atención solo veremos frases como “indio pata rajada”, “nacos”, “gatos”, por decir algunas, lo cual refleja el clasismo, racismo, sexismo y el odio al pueblo que realmente le tienen esos actores. Y todavía se preguntan por qué la mayoría de la población los repudia y no los apoya en sus fantasías ideológicas y en hacer el ridículo.

La democracia que merecemos

La revolución de las conciencias que implica la 4T provocó un interés de la mayoría de la población por la política, eso es sumamente saludable para nuestra vida democrática. En un país interesado cada vez más en incidir en los aspectos políticos, que la oposición siga sin articular absolutamente nada y por ende, continúe siendo minoría, significa que se pronostican buenas cosas para la profundización de la transformación del país.

Sigamos construyendo la nación que nos merecemos, una que ponga en el centro a los más pobres y marginados, que nos coloque como prioridad para poder tener acceso a una vida digna. La democracia popular se conquista y nuestra participación en ella es fundamental ante el supuesto avance de la derecha. Recuerden, la felicidad es un derecho del pueblo.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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