¿Qué representa el expresidente de México Felipe Calderón para los mexicanos?
El expresidente de México Felipe Calderón, vigente aún en el escenario político y social de México, en su negativa de aceptar el rotundo fracaso no solo al frente de un país como México, sino también, el enorme fracaso como impulsor de una de las peores estrategias de combate en contra de los grupos criminales que han asolado a México, y que con su involucramiento y el de sus más allegados subordinados, crearon un clima de ingobernabilidad y terror a todo el país del que aún no se ha logrado salir.
Cientos de miles de muertos, desaparecidos, desplazados y empobrecidos son las secuelas de las acciones y “daños colaterales”, producto de la ambición y avaricia de un ser psicópata que, a pocos meses de haber tomado el poder, ya estaba considerado como uno de los más indignantes y despiadados genocidas en la historia moderna de Latinoamérica.
Creador de toda una estructura criminal, no pudo saciar su sed de sangre intentando acabar con los integrantes de los grupos criminales antagónicos al cártel al cual se alió; poco le importó arrasar con gente del pueblo, ancianos, jóvenes, mujeres y hombres de todas las edades y estratos sociales. Su despiadada ambición le llevó a avalar acciones de su propia esposa que llevaron a la infame muerte de 94 bebés inocentes. Toda una familia criminal.
Hoy en día, Felipe Calderón y su esposa quieren a toda costa representar una férrea alianza de oposición contra el gobierno actual, todo con la complicidad de grupos religiosos y empresariales, y con el aplauso salamero y cómplice de quiénes en su momento se autonombraron “periodistas, comunicadores, columnistas intelectuales y líderes de opinión”, pero que son aquellos que durante años recibieron enormes cantidades de dinero por su silencio, por su involucramiento en actividades delincuenciales, sirviendo en flagrante complicidad como prestanombres, mensajeros y lavadores de dinero.
Felipe Calderón representa la hipocresía, el cinismo y la megalomanía clásica del psicópata. Representa la cobardía del traidor. Imagen viva de la maldad y total falta de empatía hacia el pobre, hacia el humilde, hacia el obrero y el campesino, el estudiante y ama de casa.
Representa la osadía oscura del ambicioso, del ser que se siente omnipotente y omnipresente.
Desquiciado, pero a la vez con la capacidad suficiente para engañar al ignorante, para manipular al falto de identidad, al desubicado social. Así como compra conciencias y voluntades, también recurre a la amenaza y al miedo.
Embustero y manipulador, poseedor de una fortuna malhabida. Mensajero de la muerte que, aunque ha recurrido a todas las artimañas escritas en los manuales de los genocidas, no podrá recuperar el poder ni tampoco comprarlo para su pareja y cómplice de andanzas, una mujer que aún no se define si es la mandante o sólo su acompañante.
Decenas de seguidores, algunos aplaudidores, unos que otros aduladores y aquellos que, en evidente complicidad, le impulsan y financian, no podrán evitar que, tarde que temprano, la justicia le alcance.
Felipe Calderón y secuaces representan lo peor que México ha sufrido en las últimas décadas.
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