“… Ni la mafia del poder ni el hampa del periodismo podrán silenciarnos. Como diría el Quijote ¨La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra se puede y debe aventurar la vida¨.”.
Presidente Andrés Manuel López Obrador. Mensaje del 25 de febrero publicado en su cuenta oficial en X tras la censura de que fue objeto por parte de Youtube al bajar su conferencia matutina del jueves 22 de febrero del 2024, pues según ellos, ¨infringe las normas de la comunidad¨.
El lunes 26 de febrero al llegar a su conferencia matutina y luego de dar su clásico saludo ¡Ánimo! el presidente López Obrador lanzó el mensaje bajo el cual publico esta colaboración: “Lo mejor es lo peor que se va a poner”. Como buen estratega político, AMLO recurre a la utilización de “mensajes cifrados” para adelantar o dejar entrever algunas de sus opiniones o perspectivas de acontecimientos coyunturales. Sírvame esa interpretación para iniciar algunas consideraciones acerca de los escenarios previsibles.
En el contexto del inicio de las campañas electorales del 2024 existen dos proyectos de nación confrontados, los cuales son abanderados por los candidatos a miles de encargos federales y locales en disputa. La continuidad con cambio o el segundo piso de la 4T tendrá mayor viabilidad si la ciudadanía logra el Plan C. En las encuestas la Dra. Claudia Sheinbaum, candidata de la coalición Seguiremos Haciendo Historia, supera en promedio por alrededor de 30 puntos a la candidata opositora. Ante la ausencia de una base social sólida los reaccionarios del país, y sus aliados extranjeros, ponen recursos económicos millonarios para financiar la guerra sucia.
El proyecto de nación defendido por la derecha está basado en el privilegio de unos cuantos, en el poder de la oligarquía. Ese modelo económico, político, social e ideológico se impuso en nuestro país a través de un Estado al servicio del poder, el fraude electoral recurrente, la apropiación de los bienes públicos, la corrupción generalizada y la alianza indisoluble entre los políticos y los empresarios. Cabe destacar que el neoliberalismo fue posible en un contexto internacional favorable a su establecimiento.
En México las reformas constitucionales impuestas a lo largo de seis sexenios, aprobadas por el sistema político que estuvo siempre por encima del pueblo, terminaron por quitarle a nuestra Carta Magna su espíritu de justicia social. La “democracia” defendida por los gobernantes al servicio de quienes no solo se sentían dueños del país, sino que realmente lo eran, fue sinónimo de sojuzgamiento económico de la mayoría, de represión contra las movilizaciones populares y de la imposición ideológica de un sentido común funcional para los privilegios de unos cuantos.
El bloque dominante reunió a los dueños del capital, a la mayoría de los partidos políticos y sus representantes, a los medios de desinformación, así como al poder judicial, representante en su mayoría de los dueños del capital. Pero también a los poderes transnacionales sean estos económico-financieros, políticos y mediáticos. La cohesión interna de estos intereses se mantenía gracias a que los recursos del país estaban a su disposición.
Pero llegó el 2018 y el hartazgo de la población, unido a una real alternativa de cambio político-económico, representada en un proyecto de nación cualitativamente diferente, comenzó a desquebrajar el modelo imperante por décadas. Desde el primer momento comenzó la guerra sucia para desestabilizar al gobierno. Estrategia que había traído mejores resultados en otros momentos, pero a medida que la 4T avanzó ya no resultó del todo funcional. La simpatía popular por el presidente López Obrador ha crecido a lo largo de su gobierno. El capital político Obradorista se ha incrementado y superado su natural desgaste.
La ventaja con la que la Dra. Sheinbaum iniciará su campaña el próximo 1 de marzo tiene muy ocupada a la reacción, la cual intenta generar inestabilidad a través de la única estrategia que tienen a la mano la guerra sucia. Impulsan golpes mediáticos, en México y en el exterior, que siembren duda, creen inestabilidad, provoquen miedo y desencadenen odio e ira contra el gobierno de AMLO y la candidata presidencial que representa la continuidad de la 4T.
Es en este momento en el que podría aplicar aquello de lo mejor es lo peor que se va a poner. Pero ¿A quién o a quiénes aplica lo anterior? ¿Para quienes será “mejor lo peor” que se va a poner?
En un par de ocasiones se ha mostrado en la conferencia presidencial, la más reciente el martes 27 de febrero, el resultado de un sondeo realizado en todo el país el cual muestra que, entre enero y febrero del 2024, el 77 por ciento de la población aprueba el desempeño de López Obrador; frente al 74 por ciento obtenido entre septiembre y octubre del 2023, es decir hoy cuenta con un 3 por ciento más de simpatía en torno a su trabajo.
La base social Obradorista no solo no disminuye sino aumenta conforme avanza el fin del sexenio. Con todo y lo que pretenden hacer creer los opositores acerca de su “apoyo social”, tras la reciente concentración en la plancha del zócalo de la Ciudad de México. El cual, por cierto, siguiendo con los datos de esa misma encuesta, en promedio nacional podría estar representado por un 19 por ciento del rechazo a AMLO, aunque no necesariamente esa población simpatiza con los conservadores. Cabe subrayar que la CDMX y Aguascalientes son las entidades con mayor desaprobación hacia el presidente, en ambos casos el porcentaje es el del 33 por ciento, frente a la aprobación del 63 y 62 por ciento, respectivamente. https://youtu.be/Yny8g_k5kiQ A partir de 1:44:07
La notable diferencia para quienes puede ocurrir “lo peor” en los resultados de las próximas elecciones, la hace precisamente el respaldo popular de que goza la figura de López Obrador y la consolidación de la 4T a través de la construcción del segundo piso. Entonces, si somos dialécticos lo “mejor de eso peor”, estaría por llegar después del 2 de junio para la mayoría de los mexicanos.
Por supuesto que, en los próximos meses, y aún después, la minoría conservadora seguirá poniendo en juego todo el poder que reúne a su alrededor. Recursos económicos para financiar campañas sucias e inclusive de violencia contra candidatos y población en general. Difundiendo mentiras, injurias, desinformación y posicionando tendencias en las redes sociales contra el presidente, su gobierno, la Dra. Sheinbaum, Morena, así como en contra de la coalición que encabeza.
La derecha intentará judicializar la elección del 2 de junio. Esto ha empezado a hacerse un lugar común en su discurso. Algún magistrado del TRIFE afirmó recientemente que sí existen pruebas de que el narcotráfico intervino en las campañas o en el proceso electoral, ello puede ser causal de nulidad. Tanto la candidata a la presidencia del pianismo, como diversos representantes partidistas y opinólogos mediáticos han sustentado ese mismo tema en su narrativa. Es previsible que también desde los tribunales se siga abriendo las puertas de los reclusorios a delincuentes de cuello blanco y del crimen organizado. Asimismo, a través de ministros, magistrados y jueces continuarán bloqueando o echando atrás decisiones del ejecutivo y/o del legislativo que impliquen afectaciones a los intereses privados.
No omito señalar lo trascendente que resultará la acreditación, por parte de los partidos que integran la coalición Seguiremos Haciendo Historia, de representantes en el 100 por ciento de las casillas para defender en las urnas la voluntad mayoritaria del pueblo. Así como el intenso trabajo territorial que deberá llevar a cabo la estructura partidista promotora del voto, clarificando a la población cómo votar para lograr el Plan C evitando la sobre representatividad de Morena en el congreso federal.
A días del inicio de las campañas presidenciales podemos vislumbrar en lo dicho por AMLO acerca de “lo mejor es lo peor que se va a poner” que su significado tiene relación con lo “mejor” para la mayoría de la población otrora desfavorecida, frente a lo “peor”, de acuerdo con las tendencias observadas, de que la minoría continuará soñando con volver al privilegio de mandar.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.