Las trincheras de la base Morenista

Opinión de Allan Pozos

Han pasado dos semanas desde que se llevaron a cabo los comicios internos de nuestro partido Morena; desde entonces no se han rendido resultados.

Derivado del reconteo que se lleva a cabo sobre cada distrito electoral, existe un retraso considerable en la publicación de resultados y en dar continuidad al proceso interno. Así también, la cantidad de impugnaciones presentadas ante la CNHyJ que no se han resuelto, impiden por Jurisprudencia del Tribunal que se continue con la entrega de resultados sin antes haberse resuelto las controversias presentadas ante los órganos de impartición de justicia internos.

…la falta de resolución oportuna de los medios de impugnación intrapartidista, impide que los dirigentes electos tomen posesión de los cargos respectivos, no obstante que haya transcurrido la fecha prevista en la normativa interna para tal efecto, porque es hasta el momento en que se cuenta con los resultados definitivos cuando existe una determinación sobre quiénes son los candidatos electos y, por tanto, se está en aptitud para la toma de posesión…

(Jurisprudencia 50/2014)

La falta de definiciones, las numerosas denuncias contra las prácticas antidemocráticas y los cambios constantes en comunicados de la Comisión Nacional de Elecciones, tienen en incertidumbre a una militancia molesta con los procedimientos internos, desconfiada de la dirigencia y que juzga desde el ideal democrático representativo del partido de nuestro presidente. En otras palabras, ser el ejemplo de participación pluralidad y cero corrupción.  

Lo que sí es claro, es que funcionarios públicos, corporativos, y grupos de interés triunfaron a toda costa sobre la militancia de base, sobre esa militancia que no replica las viejas prácticas, que se constituyó con base en ideales y principios que incluso le atemoriza corromperse, y que en su soliloquio combate contra sí mismo, para no llevar a cabo ninguna de las ruinosas acciones de la política tradicional, que son de temible tentación al verse rebasados por los mañosos promotores de las prácticas antidemocráticas, amarrados al mástil de los principios, como Ulises de Ítaca, para evitar ser atraído por los cantos de las sirenas; así los morenistas más dignos conservaron sus honrosas votaciones de esfuerzo inquebrantable, llevando al puerto de la dignidad un barco que no ganó en votación, pero que izó la bandera de la dignidad. 

Sin lugar a dudas, la base política de Morena queda en total desventaja, considerando que la izquierda mexicana siempre se ha constituido de manera vertical, donde los procesos organizativos parten de una orden directa y las iniciativas son oprimidas mientras no sean designio de una cúpula. 

También se debe considerar el hecho de que los partidos políticos buscan mantener sus espacios de poder conquistados en lo electoral, según la teoría de Panebianco solo podrán acrecentarse y mantenerse si se es más pragmático y se apuesta progresivamente a un partido de centro.

Las declaraciones de los dirigentes de nuestro partido versan sobre las opiniones específicas del Presidente y la Secretaría General, la Comisión Nacional de Elecciones tiene sus comunicados formales pero nunca de manera individualizada, sino es por las opiniones de Mario Delgado y Citlalli Hernández. Estas declaraciones están basadas en dotar de un tinte de certeza democrática al proceso electivo del 30 y 31 de julio sin embargo, se solicita desde la dirigencia una confianza excesiva en la limpieza del proceso, se negará que sean consejeros quienes pertenecen a los partidos de la oposición y optaron por registrase para ser Coordinadores Distritales de Morena, pasando por encima de su verdadera militancia. 

Así también, desde la dirigencia se explica que hay un arduo proceso de reconteo de votos, una revisión exhaustiva de quienes a través de la compra del voto y la coacción obtuvieron las votaciones más altas, incluso en un reconocimiento hecho por la representatividad del CEN se mencionó que se abrirán los paquetes electorales donde la diferencia de votos fue abismal; esto es, sin lugar a dudas, que lo sabido ya por todos es ratificado por la dirigencia, pues donde la votación se infló por encima de los coordinadores electos en 3°, 4° o 5° lugar, por encima del 50% de su votación total, existe la sospecha del acarreo masivo y la compra del voto. 

La única posibilidad que existe de que la dirigencia partidaria brinde la certeza mínima a la militancia de Morena, consiste en presentar las listas de resultados con la votación total de cada una de las propuestas enlistadas en los diferentes distritos federales; esto es, en otras palabras, que deberá demostrarse en las actas y los resultados publicados el número total de votos y su distribución por cada candidato registrado. También se hace necesario que, en cuanto a las acciones afirmativas, se hagan públicos y muy claros los resultados presentados en las votaciones para cada persona integrante de un grupo de vulnerabilidad, con la finalidad de que se cumpla con la certeza de la votación más alta de quienes no fueron electos y son parte de los grupos de acciones afirmativas (personas con discapacidad, diversidad sexual, indígenas, afromexicanos y jóvenes), para que de esta forma exista claridad específica de quien debe ocupar el encargo como Coordinador Distrital, Congresista Estatal y Congresista Nacional; además, con la finalidad de que los grupos de vulnerabilidad estén debidamente representados, deberá establecerse el ingreso a los encargos de por lo menos uno de cada uno de estos 5 grupos de vulnerabilidad. 

El movimiento debe persistir al interior de nuestro partido, la base militante encuentra su refugio en los comités temáticos, por afinidad y en los círculos de estudio. La construcción de estos espacios reflexivos y de participación son esenciales para mantener la organización desde las bases, tomando en cuenta que solo a través de estos mecanismos podrá incidirse en la toma de decisiones de nuestro partido; si los encargos de representatividad interna están tomados por funcionarios públicos, viejos políticos y arribistas, la militancia debe saber explotar la zona de incertidumbre que mejor domina, donde las carteras desaparecidas de los próximos Comités Ejecutivos Estatales sí están representadas en la base y mantienen una presión importante en la lucha por el reconocimiento de los derechos intrapartidistas y de participación política por afinidad. 

Sin lugar a dudas, si la militancia de Morena no decae, mantiene el ánimo y la fortaleza, inclinará la balanza, no hacia los designios de una élite política o a un predominio de las tácticas políticas de la vieja escuela que hemos erradicado, sino a las fortalezas del movimiento que construimos, en Morena reconocemos las palabras de nuestro Presidente cuando dice que “el pueblo es mucha pieza y que solo el pueblo organizado puede salvar a la nación”. Es en este sentido que las bases militantes de Morena organizadas, trabajadoras, incentivadas, y retomando los espacios que la dirigencia ha rechazado, permitirá que nuestro movimiento reencause hacia la lucha justa que nos aglutina, que la esperanza de la 4ta transformación no recaiga en propuestas salidas de la designación de personajes grises y que obedecen a intereses particulares y de grupo, sino que la misma militancia empujará los procesos, que serán el verdadero #RegresarALaEsencia desde las bases.

La Convención Nacional Morenista, en una propuesta de altura de miras debe aglutinar a la militancia más tenaz de Morena, mayormente identificada con los ideales y principios de nuestro movimiento, no solo debe fungir como la olla de presión que sirve de catarsis ante el atropello del proceso interno, sino como una incubadora de liderazgos regionales, distritales y estatales que dominen en el espacio la esencia de Morena, que repliquen con fortaleza el legado de nuestro Presidente y que con firmeza reconozca su liderazgo natural al interior y exterior del partido. 

Si la Convención Nacional el próximo 21 de agosto logra impulsar a la militancia de base, regresa con un ánimo desmedido al tablero ajedrecístico de la política a una militancia capaz de reconocer sus fortalezas y sus incentivos, se tendrá la posibilidad de mantenerse en el terreno que evite que nuestro partido, Morena, force la ruptura con el ala revolucionaria de transformación y dar fortaleza al Proyecto Alternativo de Nación que se impulsó con el corazón a la izquierda. 

La convención Nacional Morenista, tiene la oportunidad de constituirse en una de las trincheras más importantes de la militancia de base, que no se establezca en corriente política, sino en un estandarte de ideales democráticos y revolucionarios que incite a los morenistas a tomar las banderas representativas del partido movimiento.

El día domingo 21 de agosto, las mesas de trabajo deberán ser la implosión masiva de organización territorial que consume la construcción de verdaderos dirigentes regionales, preparados en diversas temáticas que volverán a dar forma al movimiento de transformación.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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