Recuerdo que casi desde que comenzó el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador se empezaba a hablar con mucho entusiasmo del rescate a los trenes mexicanos que iniciaría con el Tren Maya. Este tema de ese medio de transporte desaparecido en el sexenio del presidente priista Ernesto Zedillo era muy doloroso para muchos mexicanos, por lo que el rescate de las vías y todo el proyecto me pareció necesario y un acto de justicia.
Pero conforme avanzó el sexenio el plan estrella fue creciendo y se convirtió en un gigante con muchos tentáculos. Ahora no sólo se trata del tren sino que también incluyó aeropuertos, hoteles, museos, transporte alternativo, restaurantes y en general una infraestructura que al final, parece que se convirtió en un tema de desarrollo turístico masivo y con lógica de lucro.
Recientemente en la Mañanera del Pueblo se dieron a conocer detalles de los hoteles Tren Maya (TM). Con esa información hoy me pregunto si convendría tanta construcción en las hermosas zonas selváticas tranquilas y casi inexploradas, cuyo atractivo resulta precisamente ese estado natural e intacto de zonas arqueológicas y áreas protegidas por la Unesco.
Por seis años confié en que el gobierno de la 4T sabía lo que hacía y que seguramente todo el ecosistema y fauna endémica estarían protegidos al cien por ciento. Lo que nunca me imaginé fue que los seis hoteles que se construyeron, de alguna manera estuvieran prácticamente a distancias muy pequeñas de las zonas arqueológicas tan valiosas para la humanidad y que hasta dos de ellos se hayan construido dentro de las áreas naturales protegidas y de reserva ecológica.
Los grandes hoteles TM a cargo del Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos Olmeca – Maya – Mexica, S.A. de C.V. incluyen suites, restaurantes, gimnasios, lavanderías, bares, estacionamientos, albercas y senderos o transportes propios a las zonas arqueológicas y son:
- Hotel TM Nuevo Uxmal (160 habitaciones y capacidad para 212 vehículos)
- Hotel TM Edzná (160 habitaciones y capacidad para 212 vehículos)
- Hotel TM Tulum (352 habitaciones y capacidad para 392 vehículos)
- Hotel TM Calakmul (144 habitaciones y capacidad para 212 vehículos)
- Hotel TM Chichen Itzá (160 habitaciones y capacidad para 209 vehículos)
- Hotel TM Palenque (160 habitaciones y capacidad para 212 vehículos)
El resort de Calakmul está inmerso en un área natural protegida y “Reserva de la Biósfera” y el colosal hotel de Tulum está dentro del Parque del Jaguar, parque que se supone, nació como un proyecto destinado a la preservación y conservación de este felino en peligro de extinción.
En la página oficial https://grupoolmecamayamexica.com.mx/ dice que su misión es: “Administrar, controlar, supervisar, operar y explotar bienes nacionales y sociedades de actividades económicas diversas, coadyuvando a su crecimiento, desarrollo, rentabilidad, sostenibilidad y excelencia bajo la rectoría del Estado, para contribuir al bienestar social y al desarrollo económico”.
Además de que este lenguaje parece extraído de empresarios privados neoliberales, estos hoteles de concepto similar al “todo incluido”, buscan captar al turista para que en teoría se quede a gastar todo su dinero en las mismas instalaciones. Lo cual obviamente, impediría que los pobladores se beneficien de ese turismo masivo que se espera atraigan estos complejos turísticos.
De hecho en la Mañanera se cuestionaba al presidente López Obrador por el descuido que presentaban las poblaciones aledañas y se le pedía que por lo menos se repararan los caminos. Me pregunto si ¿ya se ayudó a estas comunidades?
Entonces querido lector desde mi opinión, yo veo aquí varias incongruencias:
- Dos de estos hoteles fueron construidos dentro de los terrenos catalogados como reservas ecológicas y zonas de biosfera protegida, lo cual no es congruente con los principios de la 4T de respeto a la naturaleza.
- No son hoteles que vayan a dejar ganancia a las comunidades de manera sustancial, a excepción quizá de empleos arduos y mal pagados como ha sido la triste historia de las poblaciones dueñas de paraísos naturales en México.
- No se le ha dado importancia a la parte de educar al turista que muchas veces no cuida ni respeta ni conoce la historia ni la importancia del entorno.
- No sabemos si habrá guardias que protejan nuestros patrimonios históricos, que vigilen y eviten que no haya desordenes provocados por la verdadera fauna nociva como pasa, por ejemplo, cada año con los Spring Breakers (estudiantes estadounidenses) en Cancún.
- Como hoteles de cuatro estrellas los precios se dice que serán de $1.700 pesos a $2,000 la noche. Lo cual para la mayoría del pueblo trabajador mexicano resulta costoso. Todavía no se sabe con certeza si se manejarán dos tarifas, una para turismo nacional y otra para el extranjero y cuánta será la diferencia.
En resumen, el concepto que se ha manejado con estos hoteles Tren Maya, es el mismo de empresarios privados que sólo priorizan el lucro. ¿Qué se hará con las ganancias que se obtengan de estos hoteles? ¿Hay alguna instancia que supervise la trasparencia de esos recursos? ¿Una parte se destinará para la comunidad y sus necesidades? ¿Otra quizá para seguir reforestando, cuidando especies del entorno? ¿Qué pasará con las pequeñas posadas locales y negocios de la comunidad que pierdan ingresos por la feroz competencia? ¿Dónde quedó el lema de “Primero los pobres”?
Yo por mi parte disfruto y celebro el tren maya pero seguiré llegando a los lugares pintorescos y pequeños que ofrece la comunidad, no sé usted querido lector.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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