Cuando un grupo de compañeros nos reunimos en 2018 para discutir sobre la crisis de identidad por la que atravesaban las organizaciones campesinas (encontramos entre otras) dos realidades completamente innegables: la sumisión a los procesos electorales como sinónimo de supervivencia política y la falta de una verdadera causa que fuera más allá de los discursos plagados de lugares comunes. Sin afán de faltarle al respeto a ninguna organización (muchas de ellas han sido parte de la construcción democrática de este país), la crítica dura buscaba generar un clima de conciencia que invitara a las históricas organizaciones de lucha campesina a mirar atrás para retomar los orígenes, refrescarse en lo interno y adaptarse a una nueva realidad que en verdad contribuyera a la emancipación de los campesinos y a la protección de su entorno, especialmente cuando la crisis en el campo se agudiza de manera alarmante hasta estos días.
Ese mismo año se realizó la asamblea constituyente de la Fundación para la Defensa del Medio Ambiente y el Respeto a los Derechos Humanos de los Núcleos Agrarios. FUDEMAH A.C. con el propósito de realizar acciones contundentes que se encaminaran hacia la presentación de propuestas claras y programa de lucha que priorizara la defensa del medio ambiente. Los logros son bastantes modestos en estos 7 años, pero a la vez de mucha satisfacción por la conciencia ambiental y social con la que fueron concebidos y por sus alcances. Entre estos logros y tomando en consideración el contexto actual, me atrevo a comentar el caso de la empresa estadounidense “NIAGARA BOTTLING” a manera de demostrar que la lucha organizada no sólo se da con la protesta, sino que también se deben contemplar las batallas legales y la construcción de una vía de comunicación entre los sectores involucrados; claro está, los que son afectados.
Hace un año, como Fundación emprendimos una campaña legal en contra de “NIAGARA BOTTLING” pues los actos y hechos que realiza la empresa claramente contravienen las disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y de la Ley de aguas nacionales, ya que, de manera rapaz, embotellan nuestras aguas nacionales para su venta al público. Hecho que toma relevancia si tomamos en consideración que el embotellado de aguas nacionales para su venta, conforme al marco constitucional y legal vigente, es una actividad prohibida, es decir, la empresa “NIAGARA BOTTLING” al amparo de una concesión otorgada de manera ilegítima por Peña Nieto en 2018, contraviene todo precepto legal y, en consecuencia, atenta contra nuestra soberanía nacional. Por supuesto que no parece extraño que este ex presidente estuviera interesado en que se otorgara la concesión, tomando en cuenta que la embotelladora se estableció en el Municipio de Soyaniquilpan de Juárez, Estado de México cuando era Gobernador Alfredo Del Mazo.
Una concesión es legal indudablemente, ya que la explotación, el uso o el aprovechamiento de las aguas nacionales se realiza mediante esa figura de acuerdo con las reglas y condiciones que establezcan las leyes. De ahí que, para FUDEMAH, resultó de especial importancia analizar cuáles eran las reglas y condiciones que imponen las leyes a los concesionarios de aguas nacionales. Pero si bien se hace énfasis en el carácter “legal” de la concesión con todo y las dudas que provocan la falta de estudios exhaustivos, ésta no precisamente es legítima, sobre todo porque nuestras leyes y su aplicación deben ser interpretadas del modo más favorable a la protección y preservación de los recursos de agua y ecosistemas conexos, como se estableció en el “Octavo Foro Mundial del Agua. Brasilia Declaration of Judges on Water Justice. Brasilia, 21 de marzo de 2018”.
En ese sentido, FUDEMAH ha demostrado “NIAGARA BOTTLING” realiza a todas luces una actividad prohibida, que atenta contra la preservación de los recursos hídricos y, por tanto, contra la seguridad nacional, afectando los derechos humanos al medio ambiente, al agua y a la salud de la colectividad.
El resultado hasta ahora es positivo ya que “NIAGARA BOTTLING” se encuentra clausurada gracias a las acciones legales que emprendimos, demostrando así que, ante el poder económico se puede establecer un frente común vigoroso si anteponemos nuestro compromiso con la madre tierra como una de las más nobles causas que debe abanderar cualquier ambientalista. Ante este logro de verdadera justicia ambiental que aún le queda un buen tramo por recorrer, le resta a FUDEMAH mantener el rumbo y buscar de manera permanente aliados de otros colectivos de la sociedad civil con verdadera vocación ambiental y alejados del cálculo político – electoral. Pero también, con franqueza sostenemos que a la CONAGUA a cargo de Efraín Morales (de quien tengo la mejor de las opiniones) le toca respaldar dichas acciones para que nuestros recursos naturales, nunca más queden en manos de poderosos. Eso para nosotros es justicia en todas sus acepciones.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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