La gentrificación es el nuevo colonialismo

Opinión de Patricia GC

Paseando con familiares y amigos por la Colonia Condesa y la Colonia Roma nos percatamos de la cantidad de extranjeros que habitan ahí, fue cuando alguien comentó que ya casi casi se iba a pedir una certificación de TOEFL (siglas de Test of English as a Foreign Language), el cual señala el dominio del idioma inglés, para poder estar ahí. 

El concepto de gentrificación es tan complejo que ni siquiera ha podido ser traducido al español, viniendo del concepto gentrification, acuñado en 1960  por la socióloga Ruth Glass durante una crisis de vivienda en Londres, que a su vez viene de la palabra gentry, la cual hacía referencia a la aristocracia. 

Pienso que gentrificación y segregación, son fenómenos urbanos que van de la mano. El desarrollo urbano sigue estando marcado por un enfoque de política urbana neoliberal. ¿Se han percatado que de unos años para acá los alquileres en colonias turísticas y populares de la Ciudad de México se han disparado? Estas zonas se han convertido en un lugar “alternativo” y atractivo para vivir en la capital del país y los extranjeros han sabido ‘sacarle jugo’.

Esto es un fenómeno socio-económico y urbano por medio del cual una clase social de mayor poder adquisitivo desplaza a familias y personas de menores ingresos de una determinada zona de la ciudad. 

Es decir, al llegar individuos con un mayor poder adquisitivo que el mexicano que habita en la zona, las rentas de las casas y departamentos se disparan por las nubes al querer satisfacer la nueva y más atractiva demanda habitacional. 

El gobierno de la ciudad tiene aquí un reto formidable; la oposición a la gentrificación se ha vuelto parte de la agenda de los movimientos sociales pro-vivienda. Como menciona la Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum “Con el Programa Especial de Regeneración Urbana y Vivienda Incluyente pasamos del abuso a la protección del patrimonio, de la opacidad a la transparencia, de la gentrificación a la inclusión, del negocio excluyente a la vivienda para todos”. 

Aunado a esto, la aceleración del fenómeno en muchas ciudades la ha provocado el éxito del modelo Airbnb, el cual incrementa el valor del área en la que se encuentra,  propagando el “sobre-turismo”, e impactando negativamente los precios de vivienda y por ende al habitante nativo o local. 

Parte del problema radica en que personas de otros países vienen a vivir aquí, trabajan de forma remota para las empresas de su país y no pagan impuestos aquí. 

De cierta forma se podría ver que se busca sustituir a la población urbana por la ‘no población’, o sea turismo internacional o extranjeros que llegan a vivir a determinadas zonas de la ciudad.

Es increíble, son niveles de clasismo ya que se pretende sustituir a la población oriunda del lugar por turismo internacional o extranjeros que se queden a vivir aquí. ¿Será que estas personas, a veces percibidas por el mismo mexicano malinchista como superiores o cosmopolitas enchulan nuestra ciudad? 

Los especialistas Casgrain y Janoschka aseguran que la gentrificación reproduce la desigualdad de clases y que el capitalismo centra sus esfuerzos en cimentar la dominación de las clases pudientes. Hace falta reducir las brechas sociales que producen segregación y discriminación en nuestras ciudades. Así como el gobierno debería de regular estas prácticas. 

Y es que la desigualdad y la segregación también tienen su correlato que se manifiesta de las maneras más insospechadas.

Vemos que la gentrificación no es un proceso espontáneo que únicamente tiene como culpable al extranjero que se establece aquí, sino que suele ser fruto de emprendimientos de desarrollo especulativos, generalmente promovidos por grandes grupos inmobiliarios y entidades de crédito. Ya que requieren de grandes inversiones para llevar a cabo la compra y rehabilitación de una gran cantidad de propiedades, es lógico que la rehabilitación de zonas destruidas o abandonadas sea necesaria, pero debe hacerse con cabeza, teniendo en cuenta a la población que habita estas mismas zonas, no velando sólo por el interés económico.

Les mando un abrazo fraterno.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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