En un sistema democrático consolidado, todas las fuerzas políticas son importantes, porque, desde las diferencias y a través del diálogo, se construye un proyecto de nación que favorezca a todos, o al menos eso es en teoría, porque en México la realidad es muy distinta.
La actual oposición mexicana está tan mermada y debilitada, que ha recurrido a las peores prácticas políticas para golpear al actual gobierno y tratar de recuperar credibilidad y poder, pero ha resultado contraproducente, según las encuestas. Pareciera ser que entre más calumnian, descalifican y mienten a través de sus voceros y sus medios de comunicación, peor les va.
Aparentemente esto es bueno para el proyecto de la 4T Y Morena, pero en el fondo no es así. Según la triada dialéctica Hegeliana, la única forma de evolución –e incluso la única forma de comprender el mundo-, es a través del diálogo que parte de la tesis, la cual se contrapone a la antítesis y con ello se genera la síntesis, que es el resultado de superar la contradicción que implican las dos primeras. Trasladado al ámbito político, el partido gobernante es la tesis y los partidos de oposición plantean la antítesis, para, de forma constructiva y en beneficio de los gobernados, llegar a la síntesis, la cual se traduciría en las mejores acciones de política pública, proyectos estratégicos y una visión de nación clara y favorable, pero en México la oposición ha fallado.
A continuación, se expone una serie de acciones erráticas que han llevado al fracaso a la oposición y la manera inteligente de plantear una antítesis, para, a posteriori, llegar a una síntesis que los convierta en una opción más decente en favor de la vida democrática del país.
- 1. Decir “no” por sistema ha sido un error: Pareciera que, si el presidente dice blanco, en automático la oposición dice negro; si dice sí, ellos dicen no y viceversa. Sería más inteligente usar matices, reconocer aciertos y moderar el lenguaje. También sería inteligente usar interlocutores, intelectuales y voceros más moderados y menos locuaces.
- 2. Pecar de Obradorcentrismo: término acuñado por Viri Ríos para hacer referencia a que todos los males y problemas del país son culpa del presidente López Obrador, según la oposición. Si fueran más sensatos, harían críticas más cartesianas, es decir, más ubicadas en tiempo, en espacio y con un tono proporcional al error.
- 3. Traicionar su ideología: el PRIANRD es un bodrio que atenta contra la historia y origen de los partidos que la representan. Es el pragmatismo más vulgar y burdo que se haya visto en política mexicana. Se sabe que el PRIANRD es el antiobradorismo, lo que no se sabe es exactamente a favor de qué está, más allá de la visión de Claudio X. Cada partido debería definir mejor su ideario político, y mantenerse firme en ello, incluso aunque perdiera las elecciones más inmediatas, pero en el largo plazo habría prestigio, credibilidad y proyecto, que finalmente es de lo que se trata la política.
- 4. Afán de entreguismo y subordinación: han ido a España, a la OEA y pedido la intervención de USA. Esto no es algo menor, porque independientemente de qué ocurra en las futuras elecciones, se les recordará como traidores a la patria. En tiempos de guerra y covid, la soberanía nacional debería ser el eje rector de todo el espectro político mexicano, independientemente de si se es de derecha o de izquierda.
Dialécticamente hablando, en México solo se ha impuesto la tesis de la 4T, lo cual es positivo para quienes comulgamos con esta visión de gobierno, pero no lo es del todo desde una perspectiva de inclusión de todas las fuerzas e ideas que podrían trabajar en favor de México. La creación de la Guardia Nacional fue uno de los pocos momentos donde se llegó a consenso a través del diálogo constructivo, ojalá haya más momentos como este en el devenir de la política mexicana.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.