“… Como Iglesia y como un movimiento sin precedentes en México, nos llena de profunda esperanza estar aquí. Este momento representa el fruto de un arduo trabajo que nos ha llevado a recorrer todo el país… Hemos sido testigos del clamor de las víctimas, y nos alegra decir que más de 20 mil personas se han unido a la construcción por la paz. Esta acción no solo responde a la situación de violencia e inseguridad que se extiende a todo el país, sino también al anhelo compartido de un futuro más habitable… sin miedo. Este Compromiso es una semilla que, lejos de dividir o polarizar, busca avivar los discursos ensordecedores que nos alejan… Estamos firmemente convencidos de que… con el respeto irrestricto a los derechos humanos, instituciones sólidas y espacios de coordinación interinstitucional podremos poner fin a la violencia.”.
Palabras del arzobispo de MonterreyRogelio Cabrera López. 11 de marzo de 2024.
En el contexto de las actuales campañas electorales y teniendo como fondo la narrativa de la derecha cuyo centro es el “clima de violencia prevaleciente en el país y la realización de elecciones libres y democráticas”, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), instancia representativa de la cúpula eclesiástica en México, la Compañía de Jesús, la Conferencia de Mayores y Religiosas y la organización “Diálogo Nacional por la Paz”, convocaron a los tres candidatos a la presidencia de la República a la firma del documento “Compromiso por la paz”.
La suscripción del compromiso se llevó a cabo el lunes 11 de marzo ante representantes de la jerarquía católica, obispos, organizaciones “de la sociedad civil” afines a la Iglesia e incluso representantes de organismos internacionales, diplomáticos y víctimas “de la violencia”.
Desde el inicio del evento en las palabras del arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, se pueden encontrar los mismos lugares comunes utilizados en el discurso de los candidatos de la reacción, así como en la guerra sucia emprendida por los voceros de la derecha, dentro y fuera de México, contra el presidente, Claudia Sheinbaum, los candidatos de la izquierda y los logros de la 4T en diversas materias, esencialmente en el tema de la seguridad.
Cabrera López recordó los asesinatos en 2022 de dos jesuitas en Chihuahua, y utilizó ese caso para enfatizar lo que según su perspectiva ocurre cotidianamente: “… este asesinato, como sucede a diario en nuestro país, conmocionó tanto a la sociedad como a nuestra comunidad eclesiástica”.
Fue más allá al afirmar, mediante la formulación de generalizaciones acerca de familiares de desaparecidos y de migrantes violentados en sus países de origen, lo siguiente: “… hemos recibido testimonios de personas que claman por encontrar a sus seres queridos desaparecidos, así como de migrantes que huyen de la violencia en sus países de origen, solo para encontrarse con más violencia en México. Además, hemos escuchado las historias de personas desplazadas por la violencia, de sobrevivientes que buscan justicia y de personas que enfrentan día con día la violencia que se ha vuelto una realidad cotidiana”.
Antes de concluir su intervención de apertura, el jerarca católico aprovechó el espacio para afirmar que gracias al diálogo nacional promovido por la “Red Nacional por la Paz”, integrada por más de 20 mil personas ubicadas en “cada rincón de nuestra nación”, se ha reflexionado acerca “del fracaso de la estrategia de seguridad que ha persistido y se ha agudizado durante más de 18 años”.
O sea, da lo mismo Calderón, Peña o López Obrador. Sin fundamento o sustento alguno se afirma que todo ha seguido igual o incluso ha “empeorado” en el tema de la violencia, aún y cuando como se ha demostrado la guerra contra el narcotráfico lanzada por Calderón efectivamente generó una gravísima crisis de inseguridad, violencia y temor, cuyas consecuencias siguen presentes. Sin duda, a lo largo de más de cinco años, hay avances significativos alcanzados a través de la estrategia de combatir las causas del crecimiento del crimen organizado, así como fortaleciendo la seguridad mediante acciones coordinadas de la guardia nacional, fuerzas armadas, la secretaría de Seguridad Pública y algunas fiscalías estatales. Sin que, por ello, se haya superado la problemática de inseguridad, la cual por cierto no es el clima nacional predominante.
El arzobispo fue más allá en su identificación, y la del CEM, con la postura sostenida por la derecha reaccionaria. Recordemos cuando Lorenzo Córdova, en la concentración del 18 de febrero, se refirió a lo que para él es uno de los logros de la democracia mexicana: “votar en libertad en elecciones auténticas y equitativas”. Pues bien, al cierre del evento, el representante de la iglesia católica señaló en su segunda intervención: “… es crucial que las próximas elecciones sean transparentes, libres de cualquier intervencionismo. Necesitamos unas elecciones por la paz y por nuestra gran nación, donde prevalezca la democracia y el Estado de Derecho…”
En lo que podría interpretarse como un cuestionamiento a AMLO destacó como esencial: “… la imperiosa necesidad de un gobierno verdaderamente comprometido con el servicio a la sociedad, un gobierno dispuesto a escuchar y responder a los clamores que nos aquejan, un gobierno que emane de las voces y las aspiraciones de nuestro pueblo…”. Como si López Obrador no hubiese dado muestras suficientes de su compromiso con todo ello.
Más allá de los planteamientos de los anfitriones, continuemos nuestra lectura destacando la clara posición adoptada por Claudia Sheinbaum en su turno al micrófono. Si bien la candidata de la coalición Seguiremos Haciendo Historia apoyó en general la iniciativa, a la que la CEM convocó, fue muy clara en sus cuestionamientos a algunos de los principales aspectos del contenido del documento, los cuales solicitó se anexaran para seguir dialogando sobre ellos.
Sheinbaum indicó que no estaba de acuerdo con el diagnóstico pesimista acerca de la seguridad en el país. Sobre todo, cuando se refiere a que la actual estrategia de seguridad no ha funcionado, al crecimiento de las redes de criminalidad en los últimos años alimentada por marginación, a la militarización, o a la minimización del papel constitucional del Estado y de sus tres poderes.
Asimismo, al no reconocimiento de los cambios en las políticas públicas en favor de los adolescentes en el país. Citó acciones llevadas a cabo en la ciudad de México, inclusive en coordinación con la iglesia católica. Al aumento de preparatorias, universidades, o a la apertura de los llamados Pilares. Programas como “jóvenes unen al barrio” y “reconecta con la paz”, entre otros. No se trata de “promover oportunidades”, sino del acceso a derechos. “Se trata de ampliar los derechos sociales y humanos”.
Otro aspecto nodal en el que Sheinbaum mostró su desacuerdo, por la ilegalidad del planteamiento, fue en el que los promotores del compromiso piden el establecimiento de un mecanismo internacional contra la impunidad avalado por la Organización de las Naciones Unidas que se “encargaría de solucionar los problemas de seguridad en México”. “Sería inconstitucional hacer corresponsables de la construcción de la paz en México a gobiernos y organizaciones de otros países”.
Acerca de las coincidencias sobre las que se puede trabajar, Sheinbaum las enmarcó en el inicio del proceso democrático a partir del 2018, el cual se ha caracterizado por ser ajeno a los fraudes electorales, al autoritarismo y al vínculo entre el crimen y el gobierno que tuvo “su máxima expresión en el periodo de Felipe Calderón cuando la seguridad del país estaba en manos de un delincuente que hoy está preso en Estados Unidos”.
También coincidió en la necesaria reforma de las instituciones electorales, pues es indispensable para seguir garantizando mayor democracia, en la intención de atender las causas de la violencia y en responder a sus consecuencias con un enfoque de respeto a los derechos humanos.
Finalmente, Claudia Sheinbaum dijo: “En este momento se debaten en México dos proyectos de nación y por lo tanto de seguridad. Uno el de seguir transformando, erradicando la corrupción, los privilegios y donde la seguridad y la paz son fruto de la justicia en el más amplio sentido de la palabra o el del pasado que pretende una regresión a la violencia del estado, a la mano dura, a más cárceles.”
Tras el espaldarazo a las posturas conservadoras, enmarcadas en el documento “Compromiso por la paz”, la candidata de la derecha simplemente se concretó a no hacer acotaciones a su contenido y a comprometerse, en caso de ganar la presidencia, a trabajar en la “pacificación del país” utilizando las recomendaciones de la comunidad eclesiástica como “el faro de guía en la toma de decisiones de mi gobierno”.
En lo que debió de haber causado diversas reacciones entre los representantes católicos, y no precisamente de apoyo, el candidato de Movimiento Ciudadano propuso pacificar el país a través de la regulación del uso de las drogas, agregando que para financiar su proyecto de seguridad va a utilizar los recursos que se obtengan de esa regulación. “El que sea un mercado negro, no contribuye en nada a la posibilidad del Estado de combatirlo”.
Fuentes: dialogonacionalporlapaz.org.mx
https://jesuitasmexico.org/blog/2024/03/11/compromiso-por-la-paz/
Noticiero Punto de referencia. Lunes 11 de marzo 21:00 horas. Canal 14. Punto de Referencia: Firman candidatas y candidato a la Presidencia “Compromiso Nacional por la Paz” (youtube.com)
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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