La censura y Netflix

Opinión de Carlos Sabines

Han pasado casi 4 años de que AMLO inició su gobierno, casi 4 años de que la oposición ha fregado con su “dictadura”, con la “censura”, “socialismo”, “comunismo” y muchos intentos de silenciar a la 4T, pero parece que encontraron la fórmula para hacerlo a través del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación – TEPJF – y al propio INE, al mando de Lorenzo Córdova; el ejemplo más sonado de lo anterior, es la censura contra contra la diputada federal Andrea Chávez, al parecer les da miedo en un futuro cercano. Además de censurar a través de multas a ya varios twitteros pro4T.

Este problema ha transcendido tanto, que International Human Rights ha hecho un llamado al TEPJF y al INE de no vulnerar el Derecho de la Libertad de Expresión, es decir hizo un llamado a que detenga la censura; la pregunta es ¿las instancias nacionales harán caso omiso, o desistirán?. Al llamado de International Human Rights, se unió la llamada hecha por la Comisión Nacional de Derechos Humanos – México – de NO a la censura. 

Y al parecer esta censura seguirá creciendo conforme se acerquen las elecciones del 23 y principalmente las del 24, ambas cruciales para consolidar la 4T y asegurar su proyecto de nación. 

Parece que la única forma de frenar la censura de Lorenzo y a sus secuaces será con la Reforma Electoral que plantea y promueve AMLO, y ya Lorenzo la está pensando tanto que ya está buscando el puesto de rector de la UNAM, ¿será que es el premio de consolación que le prometieron sus patrones? El único problema es que tiene, es que hay un movimiento dentro de la UNAM para impedir que llegue a ser el rector. ¿Lo logrará? 

Esta censura originada en la oposición se suma a los intentos de censura y golpeteo mediático que hay dentro del propio partido Morena y dentro de los seguidores de los presidenciables reales, de los supuestos aspirantes y de los creen que serán presidenciables (el vulgar traidorcito, Monreal). 

Muchos miembros de las huestes, principalmente de Sheinbaum y de Ebrard, siguen sin entender que lo único que están provocando es una fractura dentro de las filas pro 4T, al “apoyar” a su candidato favorito.

¿Qué harán si gana Ebrard o si gana Sheinbaum?, ¿apoyarán al candidato presidenciable de Morena? ¿Se harán pro prianistas/MC? 

Está bien apoyar a su candidato por X o por Y razones, pero también hay que ponerse a pensar en su trayectoria, en su trabajo, en quién es más conocido y reconocido, y quién ha tomado las decisiones adecuadas, vaya, hay que pensar en quién es el candidato que pueda ganar el 2024. Y principalmente dejar de atacar al presidenciable opuesto de tu gusto. 

Hay que instar a varios twitteros a que bajen el nivel de apoyo hacia su candidato, que en algunos casos ya cae en fanatismo, y se pongan a apoyar primero a AMLO, a la 4T, y a los candidatos de Morena; obviamente, a Monreal queda descartado. Y hay que bajar su apoyo intenso, porque acabarán por afectar a su candidato,

Y al final del cuento, el peor enemigo y el peligro para Morena y para la 4T, será el propio Morena y los propios pro 4T/ pro Morena/ pro Sheinbaum y pro Ebrard, y algunos infiltrados como el repugnante personaje llamado Gibran, siguiendo el ejemplo de su maestro y patrón Monreal. Por está razón urge la unión dentro de las filas de la 4T/Morena. 

Porque la oposición, cada día se acaba a si misma; si de por sí ya está en la lona, siguen insistiendo en usar a personajes como Fox, Borolas, Brozo, Loret, Alazraki, etc., personajes que han demostrado por mucho su clasismo, su intolerancia y su repudio al pueblo.

Y ahora, para dar otro gancho al hígado a la oposición, Netflix por fin estrenó la novela criminal El caso Cassez – Vallarta, que deja muy mal parado al Borolas y a Loretito. 

Después de la sugerencia de Nicolas Sarkozy de que García Luna era quién mandaba, y FECAL  era un empleado más, tal vez sería por su alcoholismo que García Luna tomó el mando, o el propio FECAL le dio el poder, y él sólo se dedicó a las bebidas espirituosas. En cualquiera de los casos, Fecal tiene culpa por lo que paso durante su lamentable sexenio y debe de pagar.

Y si la credibilidad de Loretito ya estaba por los suelos, el documental la termina de pisotear al decir “yo no sabía que era un montaje”, salen muchas preguntas, por ejemplo, si no tenía la certeza, ¿para qué hizo la transmisión especial?, ¿no se le hizo raro mandar a un reportero a la casa de seguridad en el momento del “rescate”?, ¿no le fue raro que los elementos de la extinta AFI participaran en la transmisión portando cámaras para dicha transmisión?; y Loret no es el único involucrado, también está Pablo Reinah, el “reportero”, que ha pasado como invisible en los reclamos del caso, y sólo se ha defendido con un video, básicamente, de que fue una víctima más del engaño de la AFI. También falta la culpa de los demás miembros del noticiero y de la transmisión, que en ese entonces fue una transmisión especial; sí, esos que también tuvieron culpa del montaje.

Con esto no se niega que Vallarta y la francesa tuvieran culpa en el secuestro, pero simplemente para la autoridad judicial, el caso ha estado en espera durante 17 años, ¿a qué se deberá? Faltó y falta indagar si fueron culpables del secuestro en facto y en caso contrario, ¿por qué estarían cuidando a los secuestrados?, ¿quién se los ordenó y por qué ellos?, ¿acaso sólo fueron chivos expiatorios?

Los secuestros de ese sexenio sólo eran una herramienta por parte de García Luna y Borolas para justificar su guerra contra el narco, porque en esos tiempos todo era culpa del narco, desde el robo de una tienda de conveniencia, hasta grandes atracos.

Lo peor de esta miniserie de Netflix es que después de demostrar una vez más la realidad de Borolas y de Loretito, todavía haya personas que les creen, en franco fanatismo; pareciera que su clasismo y complejos son más grande que el sentido común.

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