La Argentina de Milei

La derecha tiene como hábito interpretar la realidad como conviene a su forma de actuar, donde las coincidencias puedan tener puentes con la fantasía y nexos con sus objetivos. Así, desde la perspectiva de algunos conservadores el triunfo de la ultraderecha en Argentina lo interpretan como el principio del fin de los gobiernos progresistas en América Latina, incluso por su desesperación ante el desastre que se les avecina, dice que para los comicios del próximo año la derecha ganará en las urnas.

Argentina está más lejos que Vietnam en términos económicos y políticos, el hecho que esté en el mismo continente nada quiere decir que haya efectos dominó en cuanto sus triunfos electorales. La distancia no la fijan las ideas que pueden acercar a los pueblos, cuando son acordes sino las circunstancias económicas, que sin el esqueleto de las ideas.

Si bien crea entusiasmo entre el progresismo un triunfo electoral de la izquierda, esto no quiere decir que el próximo país, gobernado por la derecha vaya a perder en las urnas, sería un disparate y una muestra de ignorancia política, económica, histórica, social, etc.

La insistencia de los conservadores por advertir un próximo triunfo de la derecha por el triunfo de Milei en Argentina, mueve a desastre en la derecha mexicana. Con una candidata comediante, sin líderes, ni cuadros, ni candidatos de peso. Sin trabajo político previo y con una larga fila de delitos entre sus militantes, como grupo la derecha en nuestro país, anuncia una derrota anticipada sin temor a equivocarse.

Por si esto fuera poco la economía de México ha crecido en promedio en 3 por ciento desde 2018, a pesar de la pandemia, incluso más que otros países que superaban a México en crecimiento, a pesar de la pandemia, como España e Italia. En Argentina, por desgracia, el derechista Mauricio Macri desmanteló la economía de manera tal que no puede recuperarse de la noche a la mañana y la desesperación de los argentinos por acercarse a la estabilidad económica familiar, culpa al gobernó del saliente Alberto Fernández, de la debacle económica.

Con una inflación superior al 140 por ciento Argentina se añeja aún más de México, para quienes quieren encontrar similitudes. Es decir, lo mismo da que en Ghana gane la derecha que la izquierda y México sigue igual, pero el optimismo propio de los aspiracionistas que tiene más de fantasía que de realidad, quieren ver un triunfo electoral de la derecha a la vuelta de la esquina.

Las privatizaciones de Miley no benefician a la iniciativa privada sino a la de otros países, Carlos Slim comprará un par de ellas, que malbarata el flamante argentino, los empresarios serios, con apego a las leyes salen de ese país y algunos de ellos vienen a México, los préstamos que empezó a solicitar desde la víspera de las elecciones a los bancos internacionales y el refinanciamiento con el FMI, anuncia una inflación mayor. De eso no hablan los conservadores mexicanos.

Si hubiera alguna semejanza con México sería como si en este momento, Carlos Salinas regresara a gobernar México, con sus privatizaciones que ya son trasnochadas y su servilismo a Estados Unidos que caracterizó al PRI por muchos años.

Aunque el presidente electo de Argentina hable mal de los mexicanos y su Presidente, finalmente el dinero de los argentinos llegará a México vía de la empresa Arsat, de satélites, que tiene números negros, es decir no es deficitaria como es el caso de otras empresas que eran del Estado argentino como Aerolíneas Argentinas o la televisión estatal, la obsesión por adelgazar las responsabilidades del Estado se le revertirá a Milei con una crisis económica mayor.

Desde luego habrá que ver quién habla de similitudes políticas entre Argentina y México. Una de las figuras públicas fue nada menos que la candidata de la derecha a la Presidencia de la República, a quien nadie puede atribuirle conocimientos políticos básicos.

Extraña percepción de la derecha que sólo recoge la basura de la información para colocarla como activo valioso a su proyecto político, para encontrar, invariablemente, frustración. Así, las encuestas dan sorpresas o se mantienen según les convenga y ponen en la historia de las elecciones anécdotas pero no hechos, supuestos pero no datos duros y se dicen futuros triunfantes aunque a la hora de la verdad pierdan.

Argentina y México parecieran tener pandemia contagiosa para la derecha o la izquierda. Por desgracia la geografía y la economía no aleja, pero la hermandad y conciencia liberadora, nos unifica.

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