Cual cartel delincuencial y con las mismas logísticas y prácticas de contar con “brazos armados”, la derecha opositora se atrinchera y combate con los únicos sicarios que aún le quedan. El poder judicial de la Federación representado por la Suprema Corte de Justicia que preside la impresentable Norma Lucía Piña quien se destapó cual vulgar sectaria al servicio del régimen pasado de fueros y privilegios.
Además la organizada y bien aceitada maquinaria propagandística representada por todos aquellos medios de comunicación parte de la oligarquía y a los que erróneamente hemos, porque me incluyo, denominado los “medios tradicionales” o “medios formales”, (tradición es algo positivo y formal atiende a una definición que no se merece tener esa cloaca de secuaces) cuando en realidad no son más que el sicariato mediático y de propaganda del mismo régimen neoliberal y saqueador de antaño; verdaderos pistoleros de la pluma y del “teleprónter” que afianzaban y legitimaron el saqueo a la Nación entre muchas otras calamidades de las que jamás se han hecho cargo.
Sin embargo, hoy vivimos un fenómeno inédito donde no se encuentra alineado el poder político, con el económico y sus brazos armados. Se descompuso la temible y corrupta componenda del poder público usurpado por la oligarquía junto con sus omnipresencias mediáticas. Recordemos que antes era común y una práctica cotidiana que las decisiones y resoluciones de un aparato gubernamental en todos sus ordenes llevando a cabo medidas anti sociales y que perjudicaban gravemente a la sociedad en su conjunto, pero esto siempre era secundado y reforzado por una prensa oficialista y oficiosa que se camuflaba de periodismo para lavar la cara de los corruptos vendepatrias y de ministros de un Poder Judicial ajeno a la verdadera Justicia. Era imposible que la prensa atacara u odiara al Presidente en turno.
Hoy en cambio y a raíz de la llegada en el año 2018 de un representante genuino del pueblo y de sus causas sociales y populares a la Presidencia de la República se modificó radicalmente el escenario político y por vez primera nos toca vivir la ruptura de aquella alineación tan conveniente y coincidente que tenían ensamblados los poderes fácticos que gerenciaban con el poder político al país. Hoy tanto odio y animadversión lo genera dentro de la cúpula elitista y empresarial el factor de haber perdido esa “gerencia” denominada Presidencia de la República a la que siempre manejaron a su antojo.
Hoy, también chocan algunos órganos de poder de la República pues uno de ellos aún lo sigue manteniendo bajo su control esa corrupta oligarquía, el judicial sigue siendo una de sus estructuras y desde ahí golpea y pretende recuperar cotos de un poder que jamás recobrarán, por el contrario al estar evidenciados, lo único que pasará es que en 2024 terminaran por perder ante una votación que abrumadoramente los convertirá en pasado superado, pasado basura.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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