Intelectuales de prepago

Cuatro años de gobierno de la 4T han bastado para construir una reconfiguración del país que se concentra en lo económico pero pasa por lo moral, lo ideológico y lo intelectual. Donde los neoliberales aposentaron verdades que parecían sólidas y consistentes hoy sólo quedan restos humeantes que evidencian el teatro guiñol sobre el que se fincó el saqueo al país.

Una de esas mentiras, por ejemplo, decía que la pobre recaudación fiscal radicaba en que franeleros, recogedores de PET, taqueros y otros subempleados que encontraban refugio en la economía informal se daban vida de consejeros del INE porque no pagaban impuestos. Hoy sabemos que no era así, que quien hoy es un ministro de la SCJN condonó, él solito, 390 mil millones de pesos a grandes empresas. Con favores como esos, cualquier recaudación por fuerza resulta raquítica.

Se decía que el fraude del huachicol estaba en manos de siniestros pobladores que amparados en las sombras de la noche ‘picaban’ los tubos de Pemex para extraer el combustible que luego vendían en bidones a la orilla de las carreteras. Tampoco era así: había gasolineras que tenían años de no comprar un litro de gasolina a Pemex.

La corrupción a todos los sectores fue abundante. Sobre la prensa, desde siempre amordazada con billetes, ni siquiera vale la pena el comentario. Pero sí lo ameritaría el caso de los científicos mexicanos que fueron incapaces de dos cosas: generar una patente y renunciar a los fideicomisos. Dijo María Elena Álvarez-Buylla, directora del Conacyt, que el pago de “cuotas a los despachos, a los bancos, nóminas ha implicado más de 500 millones de pesos. Esto es sorprendente porque en 2017 y 2018, Conacyt no asignó un solo peso para ciencia básica”. (Detallan millonarios desvíos y corrupción a través de fideicomisos en Conacyt  https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2020/10/21/detallan-millonarios-desvios-y-corrupcion-a-traves-de-fideicomisos-en-conacyt-7417.html ).

En fin, apenas un botón de muestra de lo que la 4T puso en claro, permitiendo que las sospechas de uno siempre tan mal pensado se convirtieran en evidencias del saqueo inmisericorde al que sometió al país la avidez neoliberal. No tiene caso extenderse en el recuento de delitos que son de dominio público. 

En esta reconfiguración hay sectores que se han exhibido a sí mismos de manera tan ostensible que ya perdieron cualquier posibilidad de recuperación. Es el caso de los intelectuales.

Un ejemplo. La revista Proceso llegó al punto de no retorno porque ningún medio permanece indemne después de publicar un artículo de la dentista Laurie Ann Ximénez-Fyvie, a la sazón presunta experta en COVID-19 y acérrima crítica del doctor Hugo López-Gatell. Asimismo, no hay regreso posible a la sensatez luego de la Operación Berlín porque cuando se practica es que todo está perdido (‘Krauze operó contra AMLO’. Testimonio sobre la insidia  https://aristeguinoticias.com/1703/mexico/krauze-opero-contra-amlo-testimonio-sobre-la-insidia/ ).

El Ogro Filantrópico temido por Octavio Paz sedujo a los intelectuales, que fueron agasajados con privilegios, premios, derecho de picaporte al despacho del príncipe para susurrarle al oído sus necesidades financieras liquidadas con un inmediato cheque (“Presidente, nuestras finanzas andan mal”, decía Aguilar Camín a Salinas de Gortari  https://contralinea.com.mx/uncategorized/presidente-nuestras-finanzas-andan-mal-decia-aguilar-camin-a-salinas-de-gortari/), becas, agregadurías culturales en embajadas, publicaciones, viajes y año sabático tras año sabático (Guillrtmo Sheridan, el académico de la UNAM que no da clases  https://polemon.mx/guillermo-sheridan-el-academico-de-la-unam-que-no-da-clases/), aceitaron su codicia y en el resbalón mandaron al demonio a su inteligencia. Hoy se sabe que los intelectuales tienen un precio, que es justamente el que no les quiso cubrir la 4T.

¿No vieron el saqueo? No. ¿Sus fuentes confidenciales no les avisaron que el gobierno era en realidad una agencia de ventas de los bienes públicos? No. ¿No les pareció criticable iniciar una guerra para obtener la legitimidad que no se había ganado en las urnas? No. Ciegos, sordos y mudos, ¿para qué sirven?

Se perdió una generación, pero ¿es una pérdida para la vida intelectual del país? Difícil, porque las inteligencias tarifadas valen entre poco y nada. En adelante, su obras, sus libros, sus novelas, sus análisis, sus ensayos serán vistos con escepticismo porque sabremos que esos productos serán resultado del entumecimiento intelectual y estarán enrarecidos por el interés monetario. Sabremos que si la 4T los apoyara económicamente se modificarían sus amargas observaciones de hoy.

No es fácil decirlo, pero más vale así. Nadie necesita intelectuales de prepago.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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