Puesta en marcha la campaña electoral interna, los reacomodos en los partidos se están dando de manera dinámica, buscado integrarse al proyecto creado por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Es claro que la mayoría de los miembros de los distintos partidos opositores han aceptado que solo existe una opción viable para llegar al poder y está opción es dentro de Morena y sus “aliados”. En ese sentido suena lógico que asociaciones, grupos y miembros con cierta presencia busquen sumarse al movimiento que durante el actual sexenio ha dado muestras de ser la mejor opción en favor de la mayoría de la población y de su economía, argumento aceptado inclusive por organismos a nivel internacional.
Es un hecho de que el principal objetivo de crear la alianza es fortalecer al movimiento, integrando a distintos sectores para alimentar el proyecto estableciendo compromisos en favor de las mayorías, sin hacer a un lado las necesidades y propuestas de las minorías, sobre todo las que siempre fueron marginadas. La oportunidad que existe de sumarse al proyecto de la cuarta transformación garantiza beneficios por demás demostrables, aún cuando no se coincida con los principios o los intereses propios de los grupos y personajes interesados en sumarse al proyecto de nuestro presidente.
El trabajo que les espera, sobre todo a la dirigencia de Morena a la coordinadora Claudia Sheinbaum y al equipo responsable de integrar las alianzas es sin duda complicado… Cómo garantizar que los grupos y personajes que se integren a la alianza cumplan con los lineamientos básicos del movimiento?
De que manera se puede contrarrestar el que los opositores se sigan infiltrando en el movimiento?
Como asegurar que los personajes y grupos que no han cumplido con la ciudadanía y con el proyecto, ahora cumplan?
Que hacer para evitar las traiciones, el arribismo, el nepotismo, la corrupción… documentada o solo expresada por la población que sigue sufriendo el flagelo de la corrupción de algunos malos servidores? que siendo realistas, son muchos los que se suman o se acomodan dónde hay forma de sacar beneficios personales en los cargos que les son asignados.
Es necesario que la dirigencia y los responsables de asignar candidaturas y cargos escuchen al pueblo cuando se cuestione a sus autoridades, sobre todo de quienes siempre hemos participado en la lucha social sin el afán de colgarse de los cargos ni de las divas, solo para ceder el apoyo a los falsos líderes sociales.
No ha sido suficiente el acabar con la corrupción de los altos mandos en el gobierno. Es indispensable también ir en contra de los malos elementos de cargos inferiores, denunciar de manera pública la deficiencias y abusos de los malos funcionarios y servidores públicos. Es tiempo de que el ciudadano común aproveche la oportunidad que se nos da de denunciar, aún solo de manera pública documentando y difundiendo en las distintas plataformas y medios digitales. Es necesario organizar y crear desde el ámbito de la sociedad, herramientas para influir en las desiciones de las autoridades locales y apoyar al mismo tiempo con la denuncia ciudadana a los malos servidores, que estos ya no se sientan intocables, que cumplan con la tarea que se les asigna sin abusar del cargo, acabar con el influyentismo y que se dignifique el servicio público.
Nuestro presidente siempre señala al pueblo como el soberano, el que manda y decide, solo hace falta que el ciudadano común asuma su responsabilidad y exija a sus autoridades para que cumplan con la tarea que se les ha asignado, que trabajen en beneficio del pueblo. Es tiempo del Empoderamiento Social.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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