Guerra sucia con chismes y todo

Hace no mucho, Jorge G. Castañeda, apóstol y mártir de la conversión política para sobrevivir políticamente y tener comida sobre la mesa, con la valentía que caracteriza a quienes por cobardía parecen valientes, sostuvo en una mesa de ficción analítica o propaganda disfrazada de análisis político, que a la campaña presidencial le hace falta “guerra sucia, pero sucia en serio contra Claudia”. De inmediato, ante la reacción enfadada, y típica de la hipócrita hipocresía liberal de quienes se presentan como demócratas sólo si la democracia los recompensa con privilegios y canonjías, de los presentes, reculó sin recular y volvió a decir que no es que él “recomiende que lo hagan, yo no tengo vela en el entierro, me da enteramente lo mismo lo que hagan o no, pero me parece lógico. El manual ahorita es ‘go negative’ con Claudia, no con López Obrador, o también con López Obrador, pero ya con ella, con investigación de oposición, con chismes, con todo.”

La propuesta del otrora revolucionario marxista converso al PANismo más democrático que pueda existir, no debe ignorarse como si lo hubiera dicho alguien cuyas palabras no tienen valor alguno, aunque lo haya dicho alguien cuyas palabras no tienen valor alguno. No. Iniciar la guerra sucia en la campaña es una necesidad política y una deuda que los partidos y sus contendientes tienen con el electorado, si bien no para informarlo y ayudarlo a tomar una buena decisión, si para entretenerlo… faltando menos de tres meses para la jornada electoral, el circo montado ha resultado bastante aburrido. Hasta ahora, lo más entretenido ha sido seguir la cuenta de cuantos chicles va dejando Xóchitl pegados por donde pasa. En este sentido, propongo a los estrategas PRIANRDistas y de Claudio X, algunas ideas que podrían ser utilizadas en esa guerra sucia que Castañeda no propone cuando la propone.

En primer lugar, habrá que correr el rumor de que la carrera política de Carlos Ímaz fue destrozada por la ambición infinita de poder que tiene Claudia. Los fajos de billetes que recibió Ímaz fueron un cuatro, un CuatroTé. Habrá que contar con los servicios del siempre diestro y siniestro Carlitos Loret, amo y señor de la prensa que no se vende porque nació comprada, para que haga un montaje como sólo él puede hacerlos en el que se vea que Ímaz pensaba que iba a recibir una bolsa con el mandado y que no sabía que en la bolsa había dinero. La idea es apelar a todos esos seguidores de la CuatroTe que no por ser seguidores de la CuatroTe dejan de ser machistas y se sienten incomodos votando por Claudia, darles ese empujoncito que necesitan para justificar que nunca podrían votar por una mujer. Después habrá que hacer algo para convencerlos que de voten por Xóchitl, quien también es mujer, pero ese es otro tema e incluso si al final deciden votar por Máynez, no pasa nada.

Siguiendo con la guerra sucia, tan sucia como se puedan imaginar, inmunda, habrá que insistir en el punto del origen judío de Claudia. Si bien, Don Vicente Fox, maestro del arte de simular que se es oligofrénico, cuando sus limitaciones mentales están más allá de la oligofrenia, ya hizo lo propio, no parece suficiente. Hay que insistir en el origen judío de la familia Sheinbaum y construir una narrativa alrededor de los vínculos sionistas de Claudia con el Estado de Israel. No con otro objetivo que asestar un golpe emocional a sus seguidores y convencerlos, o cuando menos sembrar la duda, de que Claudia está en contra del Estado Palestino y su lucha por poder vivir en el territorio que les pertenece. Es bien sabido que los chairos son afines a la causa palestina y asociar a Claudia con Israel tendrá un impacto negativo en su imagen.

Por último, hay que difundir imágenes que le recuerden a la población que Claudia tiene el pelo chino. Esto puede parecer una banalidad, pero apela al más profundo clasismo y racismo mexicano que asocia el pelo chino con pobreza y falta de higiene. Difundir imágenes que rescaten el imaginario telenovelesco de María la del Barrio, Rubí o Rosa Salvaje en las que la mujer de clase baja tiene el pelo chino, hasta que da un “salto” social a la clase alta y al mismo tiempo su pelo se vuelve lacio. Con ello garantizamos el voto de todas esas niñas bien, que hace décadas dejaron de ser niñas, que como Lupita Loaeza tienen momentos de ofuscación y podrían votar por Claudia o ―peor aún― decir que Xóchitl “se ve aburrida y frustrada, que no inspira, que sus atuendos ya no son tan bonitos y su pelo se ve demasiado corto y oscuro”.

Entrados en gastos

No sería guerra sucia, y mucho menos guerra sucia en serio, como demanda Castañeda, si se limita de forma única y exclusiva a difamar a Claudia. Me parece que hace falta ir más allá, hacer eco a las palabras de Cayetana Álvarez de Toledo y Peralta-Ramos, Marquesa de Casa Fuerte, tan bien recibidas por Xóchitl y todos aquellos que anhelan los tiempos de la colonia, y humillar al electorado mexicano, decirles que se dejan engañar por que son mediocres e ignorantes, insistir en que no están a la altura de una política como Xóchitl ni de un movimiento democrático salvador y libertario como el del PRIANismo (el PRD realmente no tiene proyecto alguno). Machacar una y otra vez en la bajeza de quienes simpatizan con MORENA. Estoy seguro, que no hay nada que garantice más votos a la oposición, que despreciar al electorado. Nada como decirle mediocre al 62% de la población para ganarte su confianza.

Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Historia mínima del desempleo.

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