La mañana de este martes, la Presidenta Claudia Sheinbaun detalló que Guanajuato lleva varios años siendo la entidad con más homicidios dolosos, además de ser el único estado donde estas cifras siguen yendo a la alza, y es que representa el 15.2% de los homicidios ocurridos en el país del 1 al 31 de enero, además, dijo que esto no sólo se debe a “la no atención profunda al tema de seguridad”, sino “también [es] producto a un modelo de desarrollo, el PAN lleva gobernando Guanajuato muchísimos años”.
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Desde que el Partido Acción Nacional (PAN) asumió el gobierno de Guanajuato en 1991, la entidad ha pasado de ser una de las más prósperas del Bajío a convertirse en el epicentro de la violencia en México. Hoy, Guanajuato ocupa los primeros lugares en homicidios, ataques contra políticos y presencia del crimen organizado, dejando al descubierto el fracaso de la estrategia panista en seguridad.
Cifras que exponen la crisis
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Guanajuato registró una tasa de homicidios de 70 por cada 100,000 habitantes en 2021, una de las más altas del país. El problema no se ha detenido: en 2024, el estado sumó 4,333 homicidios, un incremento del 23% respecto a 2018, cuando Diego Sinhue Rodríguez Vallejo asumió la gubernatura.
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Los ataques contra funcionarios y políticos también se han disparado. Durante 2024, se registraron 31 asesinatos de candidatos, funcionarios y servidores públicos en Guanajuato, convirtiéndolo en el segundo estado con más violencia política, solo por detrás de Guerrero. Municipios como Celaya encabezan la lista de violencia, superando incluso a Acapulco en estos crímenes.
El PAN, entre la impunidad y el colapso de la seguridad
A pesar de estos números alarmantes, los gobiernos panistas han evitado asumir responsabilidades y han apostado por una estrategia de seguridad que ha resultado ineficaz para contener el avance del crimen organizado. La situación llegó a un punto crítico en septiembre de 2024, cuando Carlos Zamarripa Aguirre, Fiscal General del Estado durante 15 años, presentó su renuncia tras las fuertes críticas por su incapacidad para frenar la violencia.
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La crisis ha sido tal, que incluso funcionarios municipales han sido secuestrados por el crimen organizado, como ocurrió en enero de 2025 con el alcalde del municipio de Doctor Mora y la contralora de Atarjea.
Pobreza y falta de oportunidades: un cóctel de violencia
Más allá de la incapacidad del PAN para garantizar la seguridad, la crisis de violencia en Guanajuato también está vinculada a problemas estructurales que sus gobiernos han ignorado. Expertos coinciden en que la falta de oportunidades educativas, los bajos salarios y la pobreza han facilitado el reclutamiento de jóvenes por parte de grupos delictivos, generando un círculo vicioso de criminalidad que el PAN no ha sabido ni querido atender.
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Con la llegada de la gobernadora, también panista, Libia Denisse García Muñoz Ledo, la entidas sigue siendo un campo de batalla entre grupos criminales, dejando a la población en un estado de indefensión permanente.
El modelo de seguridad panista ha fracasado
Con más de 30 años de gobiernos panistas, Guanajuato está hundido en una crisis de violencia sin precedentes. El modelo de seguridad del PAN no solo ha sido ineficaz, sino que ha permitido que el crimen organizado se fortalezca y expanda su dominio en la región.
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