La expulsión del perrito “Carolino”, mascota adoptada por estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), ha desatado una polémica en el ámbito estudiantil. Detrás de la decisión de seguridad atribuida al grupo de paristas de la Facultad de Filosofía y Letras, se señala que tienen influencia de grupos porriles ligados a Antorcha Campesina, porros del PRI.

Según un comunicado emitido por los porros del PRI, la expulsión del canino mestizo se justificó por cuatro presuntas mordidas a estudiantes en la última semana y la falta de personal del Departamento de Administración y Seguridad Universitaria (DASU) para garantizar su cuidado. Sin embargo, dentro de la comunidad universitario denuncian que el movimiento responde a una estrategia de grupos porriles infiltrados, históricamente vinculados a Antorcha Campesina—organización social aliada del PRI—, que buscan desestabilizar la BUAP en un contexto de rechazo a la 4T y al gobernador Armenta, cercano a la Presidenta Claudia Sheinbaum y “Carolino” fue usada su expulsión como pretexto para crear un ambiente hostil en la institución.
Antorcha Campesina en espacios académicos
Antorcha Campesina, brazo social del PRI en Puebla, ha sido señalada en múltiples ocasiones por infiltrar grupos violentos (porros) en instituciones educativas para controlar movimientos estudiantiles y protestas. Estos grupos, bajo el disfraz de “paristas”, operan en la BUAP para sabotear iniciativas vinculadas a la actual administración universitaria y al gobierno estatal, identificado con el proyecto de la 4T.
– Antorcha Campesina ha sido vinculada con actos de violencia y control de espacios académicos en Puebla y otros estados.
– El PRI enfrenta una crisis de relevancia en la entidad, tras perder la gubernatura en 2019.
– La BUAP, históricamente un bastión de movimientos sociales, sigue siendo un botín político para grupos que buscan influir en su autonomía.
Mientras el DASU confirmó que “Carolino” está bajo su resguardo, estudiantes exigen su regreso, acusando a los porros del PRI de utilizar al perro como “chivo expiatorio” en su lucha de poder. Por su parte, los antorchistas insisten en que su decisión fue por “seguridad”.

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