Golpistas

Opinión de Pablo Ocampo

Desde que aparecieron en la vida pública del país las conferencias mañaneras del presidente, han sido cuestionadas en un sinfín de oportunidades, desdeñadas y hechas trizas por las mentes intelectuales y otrora célebres de los comentócratas de derecha, ocultos en la neutralidad que les brindaba el velo del respeto mediático de los foros de televisión.

Sin embargo, no hay mejor prueba de la importancia de este ejercicio de comunicación política y social, que las calumnias, mentiras o tergiversaciones, de que han sido objeto todos los esfuerzos de la llamada “cuarta transformación”, por resarcir el daño hecho hacia las comunidades más pobres, durante décadas de abandono institucional por parte de quienes hoy se forman en la línea de fusilamiento, para lanzar sus ofensas mediáticas.

El último ejemplo y de los más deleznables que han tenido lugar hasta el momento, se dejó ver cuando en días recientes, en distintos estados de la república -y curiosamente, todos de oposición-, tuvieron lugar ataques hacía la población perpetrados por comandos armados, quienes parecieron tener como indicación, atacar a personas indefensas sin aparente provocación.

Ante estos hechos, los fusiles golpistas conservadores, en manos de sus periodistas y lectores de noticias; no hicieron más que propagar el miedo entre la población, dejando entrever -además-, que dichos ataques han sido una estrategia utilizada por el gobierno, para atacar y hacer ver que es necesaria la incorporación de las fuerzas armadas al combate al crimen organizado, esto último en franca alusión a la “incorporación” de la Guardia Nacional a la SEDENA. En cascada, la redes sociales se llenaron de mensajes insinuando que dicho movimiento logístico sería militarizar al país.

Ante sendas muestras de cinismo de la oposición me pregunto, ¿no fueron ellos, la oposición, quienes tenían ya militarizado al país desde el gobierno genocida de Felipe Calderón?, ¿no fueron normales escenas ver carros artillados transitando por las principales calles de todos los estados del país, ante la amenaza de violencia por parte de cárteles del crimen organizado?, ¿se les olvida que operaron al margen de la ley para utilizar a militares en funciones que no les correspondían, mientras abandonaron a su suerte a una institución como la Policía Federal, quien carecía de recursos y elementos para el cumplimiento de sus funciones?, ¿no fue durante el mando de los gobiernos PRIANISTAS que la militarización significó uno de los pasados recientes más negros para las fuerzas armadas, al haber sido señaladas de actos de tortura y desaparición como el caso de los normalistas de Ayotzinapa?

Sin lugar a dudas es evidente que estamos lejos de alcanzar cifras deseables en la reducción de las estadísticas de criminalidad; es obvio que tratándose de la integridad de nuestros seres queridos, todos queremos vivir en un país libre de violencia; pero los empeños de la derecha mexicana por hacernos creer que todas las desgracias son culpa del actual gobierno, que estábamos mejor con ellos, que tienen la clave para solucionar los conflictos en los que ellos nos metieron a todos en principio de cuentas; no son más que las bien definidas “patadas de ahogado” ante una eventual derrota en los estados donde aún son gobierno, donde todavía mantienen subyugado al pueblo a sus malos manejos, donde todavía controlan a la prensa para que realicen actos de proselitismo a su favor, convencidos de que en términos de concienciación social e impacto informativo, todavía pueden engañar a un pueblo cada día más politizado.

Así que podrán ir y venir más periodistas y falsarios a crear sueños húmedos para la derecha, intelectuales orgánicos dedicados a llenarse los bolsillos sin convencer a nadie de sus falsos silogismos, mandar oficios a organizaciones internacionales acusando un estado  rebosante de violencia que nos heredaron o cartas jurásicas de Porfirio; todos en la derecha están condenados a ser piezas de museo -o de alcantarilla-, ante el surgimiento de los movimientos de izquierda que se fortalecen en el continente, que se generan por un pueblo más unido. Mientras los conservadores mienten, las conferencias mañaneras cobran más fuerza; mientras ellos fingen, cada vez más gente les da la espalda; mientras calumnian, son más repudiados; mientras ellos más se aferran al poder, un pueblo más democratizado, se los quita.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

Salir de la versión móvil