El exvicepresidente Dick Cheney, figura clave durante el gobierno de George W. Bush (2001-2009), falleció a los 84 años por complicaciones de neumonía y enfermedades cardíacas y vasculares. Considerado uno de los vicepresidentes más influyentes en la historia de EUA, su legado político estuvo marcado por la Guerra de Irak, el expansionismo del poder ejecutivo y su papel central en la “guerra contra el terrorismo”.
El influyente exvicepresidente estadounidense Dick Cheney, número dos durante los mandatos de George W. Bush, falleció a los 84 años, informó su familia. El exfuncionario murió por complicaciones derivadas de una neumonía y padecimientos cardíacos y vasculares, de acuerdo con un comunicado difundido por medios estadounidenses.
Cheney fue una figura decisiva en la política de Washington durante más de cuatro décadas. Ocupó cargos como jefe de gabinete de la Casa Blanca, congresista de Wyoming, secretario de Defensa y vicepresidente de los Estados Unidos, siendo considerado por muchos analistas como el vicepresidente más poderoso de la historia moderna del país.
Durante las elecciones de 2024, sorprendió al país al declarar su apoyo a la candidata demócrata Kamala Harris, argumentando que Donald Trump “no era apto para ocupar la Casa Blanca”. En ese momento afirmó: “Tenemos el deber de poner al país por encima de nuestras divisiones para defender la Constitución.”
Como vicepresidente, Cheney impulsó una visión neoconservadora y expansionista del Poder Ejecutivo, defendiendo que el presidente debía operar con mínimas restricciones del Congreso o de los tribunales, especialmente en tiempos de guerra. Esta doctrina marcó la política exterior de Bush y condujo a las intervenciones en Afganistán e Irak, donde Cheney fue una figura central en la decisión de invadir Irak tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Aquejado de problemas cardíacos desde joven —sufrió cinco infartos entre 1978 y 2010 y utilizaba un marcapasos desde 2001—, Cheney se mantuvo activo políticamente hasta sus últimos años. George W. Bush lo despidió este martes calificándolo como “uno de los mejores servidores públicos de su generación” y un “patriota que aportó integridad, inteligencia y seriedad de propósito a cada cargo que ocupó.”


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