La Presidenta de México, Claudio Sheinbaum Pardo, reunió tranquilamente y con la mano en la cintura, a miles de personas para celebrar sus primeros 100 días de gobierno. Lo hizo abarrotando el Zócalo de la Ciudad de México y sus alrededores. Además de estar acompañada del Pueblo, la mandataria contó con la presencia de representantes políticos, de los medios de comunicación, luchadores y luchadoras sociales, jóvenes, familias y otros.
Esto no le gustó nada a la oposición moralmente derrotada, quienes llevan 100 días con el coraje atorado en el cogote, tras su fracaso en las urnas y también después del avasallador éxito que ha tenido la Presidenta Sheinbaum en estos primeros meses de la construcción del Segundo Piso de la 4T.
Uno de los voceros de la oposición, el comentócrata Luis Cárdenas, compartió una publicación en sus redes sociales en la que acusaba un “operativo de movilización de morena para llenar el Zócalo”, asegurando que todas y todos los asistentes eran acarreados, como se solía hacer durante la infame era PRIANista.
Las palabras venenosas de Cárdenas son un claro ejemplo de la rabia y la envidia que genera entre la oposición las imágenes de Claudia Sheinbaum acompañada por el Pueblo de México; celebrada, aplaudida, feliz, algo que no pueden soportar las conservadoras ni los conservadores.
Ante las elucubraciones del comunicador conservador Luis Cárdenas, usuarios de redes sociales le respondieron de manera contundente. Hubo quienes se tomaron el tiempo de explicarle que la gente, sobre todo quienes vinieron a celebrar con Sheinbaum desde otros estados o incluso desde otros países, se organizan para llegar juntos y que el transporte les resulte más económico y fácil.
Además de que un movimiento social se nutre de organizaciones de personas, de toda índole. Por lo que no se puede llamar “acarreados” a quienes simplemente se organizan de forma voluntaria para asistir a un evento público de una líder a la que apoyan por iniciativa propia.
Por otro lado hubo quienes también se burlaron de Luis Cárdenas, y es que francamente era evidente su coraje y la envidia que le produce ver al Pueblo feliz y a la Presidenta de México contenta.
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