La Unión Europea afila su estrategia antidrogas y coloca a México en el centro de una ofensiva que busca frenar la producción de sintéticos, cortar rutas de tráfico y abrir la puerta a sanciones directas contra grupos criminales.
La Unión Europea decidió mover ficha. Ante la expansión del narco y el avance de las drogas sintéticas en su territorio, Bruselas presentó un plan de 19 acciones que coloca a México —y a su cooperación internacional— como pieza clave para desmantelar redes, vigilar puertos y frenar el flujo de precursores químicos que llegan al continente.
El ajuste estratégico llega en un momento crítico: la mitad de las redes delictivas más peligrosas de la UE se dedican al tráfico de drogas, y más de dos tercios utilizan la violencia como herramienta operativa. Europa ya no habla de simples ajustes técnicos, sino de alianzas más profundas, asistencia judicial reforzada, extradiciones más ágiles y un seguimiento digital de precursores en tiempo real.
La hoja de ruta también contempla un paso mayúsculo: evaluar un régimen de sanciones contra integrantes de organizaciones criminales, con congelamiento de fondos y bloqueo económico. La UE reconoce que estas redes operan con financiamiento sofisticado, criptomonedas, blanqueadores internacionales y plataformas digitales que facilitan su expansión.
Bruselas alerta que el consumo, las sobredosis y el daño ambiental van en aumento. En 2023, casi 7 mil 500 europeos murieron por intoxicación, un dato que cimbró al bloque. Por ello, la estrategia coloca especial énfasis en frenar el reclutamiento juvenil y fortalecer la resiliencia de los puertos marítimos, los centros logísticos y las rutas vulnerables en América Latina y África Occidental.
El mensaje final es tan político como contundente: Europa no tolerará que las redes criminales “inunden sus calles” con drogas baratas. Y esta vez, la respuesta no será tibia.
Con información de El Universal.


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