Tres personas mueren en el ataque con misil; la ONU califica la acción de “violatoria del derecho internacional” y pide detener operaciones antinarcóticos en la región.
Estados Unidos destruyó con un misil otra presunta narcolancha en el Caribe, provocando la muerte de sus tres ocupantes, apenas un día después de que la ONU solicitara suspender estos ataques, considerados por el organismo como contrarios al derecho internacional.
El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, justificó la operación, asegurando que los ocupantes eran “narcoterroristas que traen drogas a las costas de EUA” y que serían tratados de manera similar a Al Qaeda, aunque no se precisó a qué grupo criminal pertenecían ni la cantidad de droga que transportaban.
Según datos oficiales, este es el ataque número 16 de las fuerzas estadounidenses contra presuntas narcolanchas desde septiembre pasado, con más de 60 muertos y solo tres sobrevivientes conocidos: un colombiano, un ecuatoriano y otra persona en el Pacífico. Expertos y la ONU han denunciado que estas acciones equivalen a ejecuciones extrajudiciales, ya que los ocupantes no representaban una amenaza inminente para justificar el uso de fuerza letal.
La operación ha sido reforzada con la llegada del crucero lanzamisiles USS Gettysburg al Caribe, y se espera el arribo del portaaviones USS Gerald Ford acompañado por tres destructores. El CSIS indica que la flota podría desplegar más de 185 misiles Tomahawk, con capacidad para atacar tanto cárteles de droga como objetivos en Venezuela, lo que ha generado tensiones diplomáticas con el país sudamericano.
Venezuela niega la existencia del llamado Cartel de los Soles, considerado por EUA como una organización criminal ligada al gobierno de Nicolás Maduro. Las autoridades venezolanas califican las acciones estadounidenses como pretexto para un cambio de régimen, mientras que Trump ha ofrecido una recompensa de 50 millones de dólares por Maduro.

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