EUA designa al “Cártel de los Soles” como organización terrorista: lo que se sabe hasta ahora

La designación del llamado Cartel de los Soles como Organización Terrorista Extranjera profundiza el choque entre EUA y Venezuela, amplía las herramientas legales y militares de Washington. Expertos advierten que se construye una narrativa para justificar políticas más agresivas, mientras Caracas insiste en que el grupo es una invención política.

La madrugada de este lunes marcó un nuevo punto de inflexión en la relación —ya erosionada— entre Caracas y Washington. El gobierno de EUA oficializó la inclusión del llamado Cartel de los Soles en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras (FTO), un paso que abre la puerta a sanciones ampliadas, persecución judicial y presión militar indirecta sobre la estructura encabezada, de acuerdo con comunicados estadounidenses, por Nicolás Maduro y altos mandos venezolanos.

La medida coloca a la red venezolana en la misma categoría legal que grupos armados, bandas y carteles reconocidos por su capacidad de violencia transnacional. Para funcionarios del Departamento de Estado, esta clasificación permite a EUA congelar activos, impulsar cooperación internacional más agresiva y perseguir a cualquier individuo o empresa que mantenga vínculos con el grupo.

Una ofensiva que se ensambla con el despliegue militar

La designación coincide con el momento de mayor presencia militar estadounidense en el Caribe en años. El portaviones USS Gerald R. Ford, acompañado por más de una decena de embarcaciones y 12 mil efectivos, encabeza una operación contra organizaciones de narcotráfico que, desde septiembre, ha hundido 21 embarcaciones sospechosas y dejado más de 80 muertes.

En este marco, la Casa Blanca sostiene que el Cartel de los Soles —al cual ha vinculado en informes recientes con el Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa— sería responsable de rutas de cocaína hacia América del Norte y Europa. En círculos de seguridad, esta narrativa abre la posibilidad de considerar infraestructura dentro de Venezuela como “objetivo potencial” en escenarios extremos.

Una historia de largo aliento

El conflicto no nació hoy, ya que en 2020 el Departamento de Justicia presentó acusaciones por narcoterrorismo contra Maduro y 14 de sus colaboradores. En julio de 2025, el Tesoro ya había catalogado al Cártel de los Soles como organización terrorista global, mientras que el Departamento de Estado sumó al Tren de Aragua y al Cártel de Sinaloa a sus listados de grupos terroristas.

El nuevo movimiento encaja en esa escalera de presión: un cerco político, económico y militar que busca asfixiar la capacidad operativa del régimen venezolano y elevar los costos de cualquier apoyo externo.

Una narrativa que habilita políticas más duras

Para Brian Finucane, exabogado del Departamento de Estado en materia de poderes bélicos, la administración de Donald Trump estaría “construyendo una realidad alternativa” para presentar su política hacia Venezuela como una campaña antiterrorista. Este marco, afirma, permite a Washington utilizar herramientas propias de conflictos armados, incluso si la designación FTO no autoriza por sí sola ataques militares.

Organizaciones como Insight Crime señalan que el Cartel de los Soles no opera como un cartel tradicional, sino como células dispersas dentro de las fuerzas militares, donde ciertos rangos accedieron a rentas criminales a cambio de lealtad política. Otros investigadores consideran que la etiqueta es en parte un constructo mediático, aunque admiten que funcionarios y oficiales sí han participado en tráfico de drogas.

Caracas: “Una ridícula patraña”

Voceros oficiales del gobierno venezolano califican la designación como una maniobra para justificar presiones destinadas a remover al presidente venezolano. Diosdado Cabello afirmó que el Cartel de los Soles “jamás ha podido comprobarse” y que forma parte de una narrativa construida desde Washington.

Datos internacionales, no obstante, presentan un panorama más complejo: de acuerdo con la ONU, Venezuela no produce cocaína, y reportes de la DEA indican que 84% de la droga incautada en territorio venezolano proviene de Colombia. Investigadores insisten en que el flujo hacia EUA nace principalmente en Colombia, Perú y Bolivia, un contraste con el discurso más duro de funcionarios estadounidenses.

Un conflicto que escalará

La designación FTO no implica un ataque inminente, pero eleva los riesgos financieros, diplomáticos y estratégicos para cualquier actor que mantenga lazos con Caracas. También potencia la capacidad de EUA para bloquear propiedades, perseguir recursos y presionar a aliados.

En términos políticos, la medida profundiza un choque entre dos narrativas: la de EUA, que plantea una operación antiterrorista de alcance hemisférico, y la de Venezuela, que denuncia un intento de intervención encubierta. Entre ambas, queda un escenario regional cada vez más tenso, donde la guerra contra el narcotráfico y la disputa por el poder en Caracas se entrelazan con una velocidad inquietante.

Con información de CNN en Español e Infobae.

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