EUA confirmó un ataque con drones de la CIA dentro de Venezuela, dirigido contra una instalación portuaria vinculada al Tren de Aragua, en lo que representa la primera operación militar estadounidense conocida dentro del territorio venezolano y una nueva fase de presión directa del gobierno de Donald Trump contra Nicolás Maduro.
El gobierno de EUA llevó a cabo un ataque con drones contra un muelle en Venezuela la semana pasada, donde autoridades estadounidenses creen que el Tren de Aragua almacenaba drogas y preparaba envíos marítimos. Personas informadas sobre la operación indicaron que no había civiles en el lugar y no se registraron víctimas, aunque el impacto político del ataque es significativo por tratarse de una acción directa dentro del país.
El propio Donald Trump confirmó públicamente la responsabilidad de EUA, aunque evitó detallar el método o los responsables específicos. Desde Mar-a-Lago, aseguró que la zona atacada era utilizada para cargar embarcaciones con estupefacientes, y afirmó que la infraestructura ya no existe tras la explosión. Las declaraciones contrastaron con el habitual hermetismo que rodea las operaciones de la CIA.
El gobierno venezolano evitó un pronunciamiento oficial sobre el ataque, pero Diosdado Cabello, ministro de Relaciones Interiores, denunció lo que calificó como “locura imperial”, además de una cadena de amenazas, persecuciones y agresiones contra el país. Ni la Casa Blanca ni la CIA ofrecieron comentarios adicionales.
Hasta ahora, la presión de EUA se había concentrado en operaciones navales en aguas internacionales, con incautación de barcos y petroleros bajo sanciones. El ataque con drones dentro de Venezuela rompe ese patrón y coincide con advertencias previas de Trump sobre posibles acciones más amplias, incluso terrestres, contra el gobierno de Maduro.
La ofensiva también une dos objetivos centrales de la actual estrategia estadounidense: el combate al Tren de Aragua y el debilitamiento del gobierno venezolano. Aunque la administración Trump ha insistido en la existencia de vínculos estrechos entre ambos, agencias de inteligencia han puesto en duda esas conclusiones. En paralelo, EUA mantiene una acusación histórica contra Maduro y elevó recientemente a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a su captura.
Con información de The New York Times.
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