Florida y Misuri aplican la pena de muerte en un mismo día; el país suma 37 ejecuciones, la cifra más alta en más de una década
Estados Unidos alcanzó en 2025 su nivel más alto de ejecuciones en más de diez años, con un total de 37 personas ejecutadas hasta octubre. El récord se consolidó este martes con la muerte de dos reclusos en Florida y Missouri, en medio de un repunte de la pena capital impulsado por gobiernos estatales conservadores.
En Florida, Samuel Smithers, de 72 años, fue ejecutado mediante inyección letal por el asesinato de dos mujeres en 1996. Su ejecución marcó la decimocuarta del año en ese estado, la cifra más alta registrada en su historia. En Misuri, Lance Shockley, de 48 años, fue ejecutado por el homicidio de un sargento de policía ocurrido en 2005. Ambos casos reflejan la aceleración de los procesos judiciales que había permanecido suspendida durante la pandemia.
El repunte no se limita a estos estados. Texas, Carolina del Sur y Alabama suman la mayoría de los casos restantes, mientras que otras dos ejecuciones están programadas esta misma semana en Misisipi y Arizona. Pese a que 23 estados han abolido la pena de muerte y otros tres mantienen moratorias, las jurisdicciones que aún la aplican han adoptado marcos legales más amplios para ejecutarla, incluyendo métodos alternativos como la hipoxia por nitrógeno o el fusilamiento.
Organizaciones de derechos humanos y juristas han advertido sobre el carácter regresivo de esta tendencia. Denuncian que la diversificación de métodos —presentada por algunos gobiernos estatales como una “modernización” del castigo— puede derivar en sufrimiento extremo o fallos irreversibles. El resurgimiento de la pena de muerte en Estados Unidos confirma, según críticos, un endurecimiento penal que contrasta con la tendencia abolicionista global.

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