En su más reciente columna publicada en Milenio, el periodista y productor Epigmenio Ibarra anunció su salida definitiva del programa radiofónico de Ciro Gómez Leyva, en el que participó durante casi tres años, y lo hizo con contundentes críticas hacia el conductor, a quien acusó de representar el autoritarismo y la intolerancia de la derecha conservadora en los medios de comunicación.
Ibarra, conocido defensor de la Cuarta Transformación, explicó que a lo largo de su participación en el espacio de Gómez Leyva mantuvo un diálogo con su audiencia en redes sociales sobre la utilidad de su colaboración. Aunque algunos consideraron su presencia como un contrapeso necesario frente al discurso hegemónico, otros cuestionaron si valía la pena mantenerse en un entorno que describió como “hostil”. Finalmente, en un gesto que dejó clara su postura, Ibarra decidió no asistir a su última intervención en el programa.
En su columna, Ibarra acusó a Gómez Leyva de monopolizar los espacios mediáticos junto con otros líderes de opinión de la élite conservadora, afirmando que dichos comunicadores solo abrieron temporalmente sus micrófonos a voces críticas como una estrategia de supervivencia ante la fuerza del proyecto político encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. “El país va por el rumbo que el pueblo decidió en las urnas y no por el que quisieron conducirlo”, afirmó tajantemente.
Ibarra no se quedó ahí y apuntó directamente al hecho de que Gómez Leyva reside parcialmente en Madrid, ciudad que calificó como “la capital de la ultraderecha mundial” y refugio de figuras como Carlos Salinas de Gortari, Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón. “¿Cómo podría pensar de otra manera alguien que nunca pisa las calles de México, codeándose únicamente con la élite conservadora?”, cuestionó, enfatizando que el aislamiento de comunicadores como Gómez Leyva los desconecta de las realidades del pueblo mexicano.
Por su parte, Gómez Leyva reaccionó en su programa radiofónico, intentando desestimar las acusaciones de Ibarra. En un largo monólogo, el conductor aseguró que su residencia en España forma parte de un “proyecto personal y profesional” que, según él, nada tiene que ver con el contexto político del país. Sin embargo, Gómez Leyva no logró contrarrestar los señalamientos de Ibarra, limitándose a calificar su columna como “hiriente” y repleta de “adjetivos y descalificaciones”.
El intento de justificación de Gómez Leyva, quien defendió su decisión de vivir “entre Madrid y México”, resultó insuficiente para acallar las críticas. Su imagen quedó más expuesta que nunca como parte de una élite mediática que, según Ibarra, sigue resistiéndose a aceptar los cambios que la sociedad mexicana ha impulsado democráticamente.
Ibarra, al despedirse de su audiencia, destacó que el espacio mediático que dejó se caracterizó por lo que describió como una “rabia sin eco”, un sentimiento que atribuye a la desconexión de figuras como Gómez Leyva con la realidad de las calles mexicanas. Con su salida del programa, Ibarra reafirmó su postura de seguir defendiendo la Cuarta Transformación desde otros foros y con la convicción de que el discurso conservador en los medios es incapaz de frenar el cambio social que vive el país.
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